http://www.mundiario.com/articulo/unknown/la-condicion-humana/20170417190622086131.html
Un cuaderno de viaje por la ruta de la vida con la única pretensión de compartir lo que pienso, lo que me gusta, lo que me ocurre, lo que siento... Aprender cada día algo con los ojos bien abiertos.
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jueves, 20 de abril de 2017
viernes, 24 de marzo de 2017
Rock’n’Roll can never die, mi nueva colaboración en el programa de radio Ruta 608.
Puedes escucharme desde el minuto 21:30
https://www.ivoox.com/ruta-608-n-69-audios-mp3_rf_17712843_1.html
O leerla a continuación, pero te perderás mi encantadora voz.
"Hace unos días, sin siquiera ensayar un último riff de guitarra, nos dejó el hombre del que el mismísimo John Lennon dijo una vez que si hubiese que darle otro nombre al rock’n’roll debería ser el de Chuck Berry.
Negro, atractivo y pendenciero, capaz de pegarle un puñetazo a Keith Richards por atreverse a tocar su guitarra, Chuck Berry encarnó los valores de varias generaciones de jóvenes que volcaron su rebeldía bajo los acordes de una música que convulsionó el aburrimiento de una sociedad perezosa. Todo el mundo sabe que el rock’n’roll ha estado siempre ligado a las motos y guitarras y motores, motores y guitarras, han ido invariablemente de la mano. Yo, que me crié con influencia musical más británica que americana, sentía devoción por esos jóvenes vestidos con cazadora de cuero y peinados con brillantina que alardeaban con sus Triumph, Norton y BSA, jugándose la vida en las peligrosas carreras de Café que dieron lugar a los Ton Up boys. Por ellos me hice rocker y aunque tardé bastante en poder tener moto y sólo podía acceder a los Vespinos de mis amigos y creedme, es duro ser rocker sobre un Vespino, siempre deseé ser como ellos y recorrer las carreteras con la libertad que dan las dos ruedas.
Lo malo de ir haciéndote mayor es que las personas con las que has ido creciendo también cumplen años e, inevitablemente, se van marchando de tu lado. Así, a lo largo de mi vida he tenido que despedirme de pilotos y músicos que han ejercido su influencia, proporcionándome muy buenos ratos que aún perduran. Y, por supuesto, también he tenido que ir dejando atrás muchas motos. Cada una tiene el recuerdo en mi memoria de los momentos que hemos pasado juntos. La última, una Harley- Davidson del 97 de carburación, ha dado paso a una Street Glide con la que me propongo recorrer muchos kilómetros llenándola de recuerdos… Y de rock’n’roll. Porque aunque los grandes se marchen nunca lo hacen del todo gracias a que sus canciones permanecen con nosotros durante el resto de nuestra vida. Chuck Berry como Buddy Holly, Gene Vincent, Eddie Cochran, Elvis y tantos otros continuarán acompañándome en cada salida, en cada viaje. Y es que, como cantó Neil Young: Rock’n’Roll can never die. El rock’n’roll no puede morir".
https://www.ivoox.com/ruta-608-n-69-audios-mp3_rf_17712843_1.html
O leerla a continuación, pero te perderás mi encantadora voz.
"Hace unos días, sin siquiera ensayar un último riff de guitarra, nos dejó el hombre del que el mismísimo John Lennon dijo una vez que si hubiese que darle otro nombre al rock’n’roll debería ser el de Chuck Berry.
Negro, atractivo y pendenciero, capaz de pegarle un puñetazo a Keith Richards por atreverse a tocar su guitarra, Chuck Berry encarnó los valores de varias generaciones de jóvenes que volcaron su rebeldía bajo los acordes de una música que convulsionó el aburrimiento de una sociedad perezosa. Todo el mundo sabe que el rock’n’roll ha estado siempre ligado a las motos y guitarras y motores, motores y guitarras, han ido invariablemente de la mano. Yo, que me crié con influencia musical más británica que americana, sentía devoción por esos jóvenes vestidos con cazadora de cuero y peinados con brillantina que alardeaban con sus Triumph, Norton y BSA, jugándose la vida en las peligrosas carreras de Café que dieron lugar a los Ton Up boys. Por ellos me hice rocker y aunque tardé bastante en poder tener moto y sólo podía acceder a los Vespinos de mis amigos y creedme, es duro ser rocker sobre un Vespino, siempre deseé ser como ellos y recorrer las carreteras con la libertad que dan las dos ruedas.
Lo malo de ir haciéndote mayor es que las personas con las que has ido creciendo también cumplen años e, inevitablemente, se van marchando de tu lado. Así, a lo largo de mi vida he tenido que despedirme de pilotos y músicos que han ejercido su influencia, proporcionándome muy buenos ratos que aún perduran. Y, por supuesto, también he tenido que ir dejando atrás muchas motos. Cada una tiene el recuerdo en mi memoria de los momentos que hemos pasado juntos. La última, una Harley- Davidson del 97 de carburación, ha dado paso a una Street Glide con la que me propongo recorrer muchos kilómetros llenándola de recuerdos… Y de rock’n’roll. Porque aunque los grandes se marchen nunca lo hacen del todo gracias a que sus canciones permanecen con nosotros durante el resto de nuestra vida. Chuck Berry como Buddy Holly, Gene Vincent, Eddie Cochran, Elvis y tantos otros continuarán acompañándome en cada salida, en cada viaje. Y es que, como cantó Neil Young: Rock’n’Roll can never die. El rock’n’roll no puede morir".
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martes, 22 de noviembre de 2016
¿Es Podemos el verdadero depositario del descontento del 15M?
Podemos se perfila como la principal fuerza de la izquierda en España.
Pero los signos son importantes en política y el puño cerrado aleja la
mano tendida de la mayoría, como se ha visto en las dos últimas
elecciones.
http://www.mundiario.com/articulo/politica/podemos-verdadero-depositario-descontento-15m/20161114211727072193.html
http://www.mundiario.com/articulo/politica/podemos-verdadero-depositario-descontento-15m/20161114211727072193.html
lunes, 30 de marzo de 2015
El Plan CORA o como el Gobierno de la nación desprecia la marca España (artículo para mundiario.com)
Hay cosas realmente difíciles de comprender, cosas que suponen un
desafío al sentido común y contribuyen a llenar de vergüenza la conciencia
colectiva de un país. El plan para la centralización de la compra de espacios
en medios de comunicación y demás soportes publicitarios, llevado a cabo por la
Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas (CORA), es una de
ellas. Este plan, inicialmente ideado para optimizar los recursos comunes en
bien de todos, se ha convertido desde el principio en un fiasco al convertir a
las empresas participantes en chamarileros de segundo orden donde sólo
importaba el coste, despreciando cualquier otro aspecto cualitativo.
Desde el
concurso principal, en el que se valoraba la estrategia, es decir, el más
importante aspecto cualitativo, con un paupérrimo 20%, era un claro indicador
de que el Gobierno no tenía intención alguna de tener en cuenta la calidad de
las ofertas, tan sólo les preocupaba el precio. Así, despreciaron las 5
propuestas mejor valoradas por estrategia y curiosamente se quedaron con las 5
peor calificadas en ese aspecto pero que presentaron unas ofertas tan
increíblemente bajas que hasta la asociación Agencias de España (AdE), entidad
que agrupa a muchas de las agencias de publicidad y centrales de medios de
capital netamente español, protestó avisando reiteradamente del tremendo error
que iban a cometer.
Fiel a su
costumbre de decir de puertas a fuera una cosa y actuar del modo contrario
dentro de casa, el Gobierno hizo oídos sordos a los lamentos de los
profesionales de la comunicación y se empeñó en seguir por la senda del
pragmatismo económico.
Hoy, su
error está dando lugar a situaciones tan esperpénticas. como que, para
solucionar este gran sinsentido que ellos mismos han creado, obligan ahora a
incluir una estrategia de medios en los concursos creativos a las mismas
empresas a las que les negaron ese valor con anterioridad. Esto es,
'chantajean' a las empresas concursantes para que realicen gratis el trabajo
que no quisieron valorar.
En este
punto conviene preguntarse, ¿es esto lo que entiende el Gobierno como marca
España? ¿Este es el modo en el que pretenden dar valor a las iniciativas
empresariales de nuestro país?
Se les
llena la boca de declaraciones grandilocuentes hablando de la capacidad y el
intelecto de las empresas españolas para luego ignorar con alevosía estas
mismas capacidades. Así nos va y así pinta el futuro, la menos a corto plazo.
Este
Gobierno, que ha demostrado ser vivo ejemplo del carácter de Sancho Panza, es
maestro de la falacia y la hipocresía; del mentecatismo recalcitrante y la
desidia. Es un momento aciago para la marca España.
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jueves, 4 de diciembre de 2014
Daniel Crespo. El demonio que se convirtió en un ángel del custom.
Un buen día, hace un número razonable de años, un chico de León decide comprar una Harley-Davidson sin que medie ninguna otra razón que la simple estética. Un gran amigo tenía una, a él le gustaba el sonido, quizá la línea, y también deseaba tener la suya. Por aquel entonces León no tenía un concesionario oficial de la marca de Milwaukee pero existía uno multimarca que las traía con cuentagotas. El chico fue a verlo y le encargó una, la próxima que llegase, la que fuese, le daba igual. Tuvo que esperar dos meses hasta recibirla y cuando llegó, en lugar de hacer lo que cualquiera de nosotros hubiésemos hecho, que no es otra cosa que subirnos encima, ponerla en marcha rápidamente y acelerar hacia cualquier sitio, él se puso a desmontarla y a cortar lo que a su juicio sobraba, al igual que hacía con los juguetes que le regalaban de pequeño. No era la primera vez que transformaba un moto pero quizá fuese entonces cuando comenzaron a cimentarse las bases para que aquel chico, inquieto y curioso, se convirtiese por derecho propio, y aún sin buscarlo, en punto de referencia de los profesionales y aficionados amantes de la customización en nuestro país.
Hoy, aquel chico está sentado frente a mí después de haber tenido la amabilidad de viajar desde su ciudad de origen para charlar entre amigos. Estamos hablando de Dani Crespo, alma Mater de Devil Inside. A nuestra conversación asisten Nieves, siempre encantadora y discreta, y Adolfo Calles, propietario de Bonneville, quien actúa de apuntador allí donde Dani tiene dudas o confunde las fechas. “El 50% de lo que me ha ocurrido ha sido posible por Adolfo”, declara sin falsa modestia. Y lo que dice parece ser la verdad, según se traduce de las numerosas veces que aparece citado en la charla. Se me ocurre que Adolfo ha actuado un poco de Pepito Grillo en toda esta historia, animando a Dani a ir más allá incluso de sus propias ambiciones. “Yo sólo quería hacer motos para mí, como siempre había hecho”, confiesa con humildad el protagonista, un rasgo difícil de encontrar en alguien que ha llegado tan alto, tan lejos. La constante en sus palabras es la absoluta falta de vanidad, atribuyendo su éxito a una extraña concatenación de factores a las que de algún modo se considera ajeno, lo que le lleva a afirmar: “Yo flipo con todo lo que me ha pasado”.
Sin embargo, este leonés ha llegado a unas cotas tan altas en el panorama internacional que incluso ha tenido el placer de tener a cuatro patas – en el sentido literal- a constructores de la talla mundial como Paul Yaffe o Peter Penz Sonríe al relatarme como ocurrió tal cosa, en el certamen de Padova, la primera vez que decidió foguearse internacionalmente y que supuso su primer espaldarazo internacional. A partir de aquel momento su nombre quedó grabado con letras grandes en el altar del custom más elitista y ascendió al peldaño más elevado, el reservado a los grandes entre los grandes, en Sturgis, cuando el gran Chicara, el hombre que crea “violines”, según comenta Dani sin molestarse en ocultar su admiración, se quedó mudo de asombro ante su creación. Este es quizá su mayor orgullo. “Que le guste tu moto a un tipo que construye unas motos tan especiales es sencillamente alucinante”.
Nada en Dani resulta afectado, al contrario. Su discurso es tan natural y desprovisto de ego que provoca la mayor de las simpatías, lo reconozco. No hay trampa en su mirada franca. La media sonrisa es marca de la casa y sirve para remarcar su argumentación. Con el pelo ensortijado y las dos patillas largas que terminan sin juntarse por debajo de la barbilla parece un duende travieso y burlón. Hace bromas pero con la única intención de hacer sentir bien a quienes le escuchamos con atención. Es su carácter, desdramatizar lo que considera my serio, despojar de solemnidad nuestra conversación porque no tiene intención de sentar cátedra, tan sólo de que el rato que compartamos sea digno de recordar.
Podía haberse dedicado profesionalmente a construir motos pero no ha ansiado elegir ese camino. Trabaja mal bajo presión y, además, el no dedicarse a esto en exclusiva le confiere total libertad para hacer lo que le gusta. Me consta, y así lo confirma, que a más de uno que ha acudido a que le haga una moto le ha aconsejado que se compre una BMW porque las motos que él hace no son para todos los públicos. Necesitan de una forma de ser y de apreciar que limitan su alcance. No es soberbia, es la pura verdad. Una moto con la firma de Devil Inside Cycles no es una moto de serie, es algo que requiere un mimo y saber hacer. Es su privilegio, sin duda. Se lo ha ganado a pulso y no intenta engañar a nadie. Él construye sólo cuando lo que habla con su interlocutor le provoca un cosquilleo interior. Entonces comienza la verdadera conversación y el consiguiente presupuesto que da inicio al proyecto. Porque Dani no lo hace por dinero, si no por el placer de crear algo distinto que dé una forma nueva a un motor, a un chasis… a lo que sea que pueda manipular para crear algo único, irrepetible, de lo que sentirse orgulloso.
Hay en su trabajo mucho del estilo de ver la vida de un enamorado del viento y de las olas que, ante mi sorpresa, declara no ser motorista. Y yo, que le he visto montar en moto y puedo dar testimonio de que conduce con la soltura y la facilidad que distingue a los que tienen un don, no puedo evitar poner cara de asombro ante su afirmación. Le gustan las motos pero no necesariamente la vida en ellas, comenta. Quizá sea el espíritu libre del mar lo que guía su trabajo, prolongación inequívoca de su forma de ser y vivir. Más cerca de ser un beach boy que de un easy rider, Dani encoge los hombros al asentir. Aunque me quedo con ganas de profundizar sobre este tema siento que he dado en el clavo al preguntárselo.
Pesimista ante el panorama nacional, se pone serio cuando argumenta que hacen falta muchos años para ponernos al nivel que encontramos fuera. Déficit de cultura, más que de talento, y una innegable apatía por el desarrollo de nuevas
formas de entender, de sentir y de hacer las motos son las barreras que debemos quebrar si un día queremos que el talento patrio pueda codearse en igualdad con el resto del mundo. Excepciones hay, afortunadamente, pero ninguna como la de aquel chico que, aún siendo ya hombre, se hizo maduro entre las paredes de un garaje donde aprendió a “destruir” para poder construir. Un hombre que prefiere hacer una pausa en su trabajo, en su vida, para buscar nuevas vivencias lejos de sus habituales influencias. Los motivos son suyos, pero no engaña. El fuego que atesora en su interior no está, ni de lejos, cerca de consumirse. Más bien se alimenta cada día de las brasas de la inquietud con las que conforma ese carácter que le llevó a dejarnos a todos con la boca abierta con una moto que debería figurar en un sitio de honor en el mejor museo del mundo: la Quattro. Para él Chicara es el mejor constructor del mundo. Para otro de los constructores nacionales, que goza del mayor de mis respetos, Dani es el más grande de España. Para algunos un auténtico demonio, para otros un ángel. Para todos un creador de “violines”.domingo, 23 de noviembre de 2014
Desde las barricadas de la democracia: lo que queda del 15 M.
Asisto con pesar a lo que ha quedado de un movimiento espontáneo y frágil como fue el que dio inicio a un sentimiento donde la rabia ante la situación política y social desembocó en la ilusión de millones de personas frente a la posibilidad de que un cambio real fuera posible. Cuando me enteré de que la policía desalojó de malas maneras a los estudiantes que decidieron protestar en la Puerta del Sol de Madrid cogí la moto y fui dispuesto a mostrar mi apoyo ante lo que consideraba injusto. Fue un momento mágico. Yo esperaba a unas decenas de "indignados" y lo que me encontré fue que éramos miles los que nos concentramos allí de forma espontánea. Y al día siguiente más, y al otro muchos más. Y así nos encontramos durante muchos días, semanas. Miles de personas mostrando nuestro rechazo al sistema actual, a las condiciones que sufrían nuestros compatriotas, a la corrupción, etc. Sin colores, sin partidos, sin ideologías. Mi papel en aquella protesta fue… Bueno, eso no importa aquí. Lo realmente fundamental es como aquel movimiento global que clamaba por la libertad, solidaridad, igualdad y la democracia real se fue convirtiendo por mor de su gran tamaño en un reducto de grupos políticos que lo fueron arrimando hacia posiciones de izquierda. Ese fue su final. Previsible, cierto. En su momento formulé esa predicción y, por desgracia, no me equivoqué. El carácter asambleario no funciona cuando alcanzas un número determinado de miembros y tienes que dividirlas en pequeñas reuniones. Entonces son los elementos más radicales quienes comienzan a hacerse con el poder a base de descalificar públicamente a los que opinan diferente. Es la historia de la humanidad. Sé de lo que hablo porque estuve en distintas asambleas de barrio y fui uno de los damnificados por esas personas que claman por la libertad siempre que sea la suya.
Con el tiempo la realidad partidista marchitó la utopía de quienes apostamos por un movimiento sin ideologías caducas que dividen. Hoy, grupos como Podemos, con su líder levantando el puño, o Izquierda Unida, con su aspirante a secretario general aludiendo constantemente al 15 M, se presentan como los auténticos representantes de aquel sueño del que hoy muchos despertamos como si se tratase de la peor pesadilla posible. Qué pena.
Con el tiempo la realidad partidista marchitó la utopía de quienes apostamos por un movimiento sin ideologías caducas que dividen. Hoy, grupos como Podemos, con su líder levantando el puño, o Izquierda Unida, con su aspirante a secretario general aludiendo constantemente al 15 M, se presentan como los auténticos representantes de aquel sueño del que hoy muchos despertamos como si se tratase de la peor pesadilla posible. Qué pena.
lunes, 3 de noviembre de 2014
Luis Miguel “Luismi” Cabeza. El hombre que susurra a los Shovelhead.
Se
me antoja que hay pocos sitios mejores en Madrid para hablar con alguien de la
vieja escuela (old school para los
puristas) que un lugar tan mítico como Alfredo’s,
el restaurante de la que pasa por ser la mejor hamburguesa de la ciudad, con
varias décadas de historia en la memoria y el presente de generaciones de
madrileños. No hay duda de que el sitio acompaña a un hombre con sempiterno
aspecto de rocker que no hace gala de
nada porque desea tan poco reivindicarse como vestirse de oropeles nacidos de
la inconsistencia recalcitrante de aduladores fariseos. Bien podía haber salido
de un vinilo de Robert Gordon o Graham Fenton, sin embargo es de las revistas Cromo
y Fuego, Freeway, Easy Rider (la edición americana) o Automecánica de quien se
manifiesta seguidor. No hay duda de que me encuentro en compañía de un mecánico
de raza, buen conocedor del aroma que compone la mezcla de aceite y grasa.
Luismi
y yo llevamos un buen rato juntos – bien acompañados por Sara y JuanDa- y nos
hemos trasladado hasta aquí desde el bar donde habíamos quedado para evitar camaraderías
incómodas. Una pena porque en su terraza se disfrutaba del sol pre otoñal, tan
agradable como deseado, aunque hay que decir que tampoco hemos salido mal con
el cambio. El chili con carne llega a la mesa y me lanzo a probarlo más de una
vez a pesar de que soy consciente de que me va a sentar como una patada en el
estómago. El picante me destrozará, lo sé, pero es lo que tiene el momento en
el que hay que tomar una decisión rápida: sea la que sea inevitablemente tendrá
consecuencias. Algo así le ocurrió a Luismi hace muchos años cuando tuvo que escoger
entre ir a estudiar
mecánica a Alemania o convertirse en soldado profesional y
hacer carrera en el ejército. Esa elección, fruto de un momento especial
mezclado con algo de rabia, ha marcado, sin duda, la vida de un hombre que
desde adolescente demostró un talento innato para la mecánica, lo que le llevó
a ser el encargado de arreglar las motos que había en la pandilla. Hoy me
confiesa que si volviese a tener la oportunidad de decidir hubiese emprendido
el camino del ejército. Ante mi extrañeza inicial me mira y desde lo más
profundo de su mirada puntualiza: “Tal y como están las cosas no merece la pena
dedicarse a esto”. Esto, lo de la mecánica, supone casi una heroicidad en un
país pacato e ignorante del esfuerzo que significa mantener una moto en
perfectas condiciones o, lo que es más importante, hacer motos que tienen 40 o
50 años y que sigan funcionando a la perfección sin nada que envidiar a las
modernas. Aquí interesa más la moda que el estilo, el dinero que el talento,
algo que supone una constante con la que me encuentro en muchas de las facetas
de mi actividad profesional y que veo reflejada en casi todos los sectores a
los que me asomo. A todo ello hay que sumar el desbarajuste creado por un
reglamento absurdo e interesado que prácticamente imposibilita a cualquiera el
tener una moto a su gusto y que ha traído, si no la ruina, sí la pobreza a
muchos talleres del custom. Da pena ver que gente que se ha dejado las uñas
durante años lo esté pasando tan mal como para replantearse su situación. Por
fortuna, La Cabeza Motorcycles es un taller reputado con una buena cartera de
clientes, tiene trabajo y somos muchos los que sentiríamos si un día llegase su
desaparición pero es innegable que los tiempos han ido hacia atrás obligando a
los talleres a buscar un sitio donde establecerse en el grave desconcierto
actual. A La Cabeza Motorcycles, o lo que es lo mismo, a Luismi, le cabe el
honor de ser constantemente buscado por quienes necesitan un especialista en el
motor Shovelhead, tan codiciado por los amantes expertos de las Harley-
Davidson, y de haber construido algunas de las motos más bonitas que circulan
orgullosas por las carreteras levantando exclamaciones de asombro, como es el
caso de Shovelvia, la envidia de concentraciones y los lugares por donde
aparece. Una preciosidad construida mimando los detalles, poniendo el corazón
en cada paso y volcando el mismo amor que siente hacia su propietaria, Sara,
mujer de raza y culpable en gran medida de que esa media sonrisa que adorna el
rostro del mecánico permanezca perenne.
Haberse
especializado en la mecánica de una de las joyas creadas por la MOCO es
indicativo de su forma de ser y de conducirse por la vida y por su profesión.
Hablamos de un hombre entusiasta por aprender – “Cuando compré mi primer Shovel
lo primero que hice fue desarmarlo para poder conocerlo a fondo. Quería saber
como funcionaba y así me enamoré de él”-, cautivado por lo que hace, que se
apasiona ante los retos difíciles y cabila en silencio mientras su interlocutor
espera inútilmente un veredicto. Luismi piensa a la misma velocidad que calla,
algo poco habitual en un mundo de charlatanes y gurús. Extraña que un hombre
tan pausado haya sido entrenado en el exigente cuerpo de los boinas verdes, los
populares COES. Se podía pensar que sigue a rajatabla uno de los lemas de los
guerrilleros: sé parco
en palabras, que los hechos hablen por ti. Pero puede que sencillamente se deba
a que nació con el temple de un resistente. No he conocido a nadie que me haya
hablado mal de él y eso suele ser signo inequívoco de que el hombre supera al
personaje. Luismi no va de nada que no sea él mismo, despreocupado de cualquier
consideración ajena. Se le quiere o se le respeta. O ambas cosas, que suele ser
lo común. Muchos de nosotros celebramos que un día decidiese cambiar la pistola
por la llave inglesa, el subfusil por el torno y el cuchillo por el
destornillador. El ejército perdió a un buen soldado pero los harlystas ganamos
un excelente mecánico. Y los motoristas, un gran compañero.
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lunes, 30 de junio de 2014
Primera Guerra Mundial: el día en que empezó todo.
Guillermo Rodríguez hace un buen planteamiento en el Huffington Post:
http://www.huffingtonpost.es/2014/06/28/primera-guerra-mundial-cronologia_n_5533588.html?utm_hp_ref=mostpopular
Y el enlace a un vídeo sobre la tragedia mundial:
http://www.youtube.com/watch?list=PLmXbtaEFDB2NnaltqY2JJFbL8rrKC0Jxk&v=AMbomBoVUEg#t=88
http://www.huffingtonpost.es/2014/06/28/primera-guerra-mundial-cronologia_n_5533588.html?utm_hp_ref=mostpopular
Y el enlace a un vídeo sobre la tragedia mundial:
http://www.youtube.com/watch?list=PLmXbtaEFDB2NnaltqY2JJFbL8rrKC0Jxk&v=AMbomBoVUEg#t=88
viernes, 2 de agosto de 2013
ANTONIO “MANX” MAESO, EL ÚLTIMO HÉROE DEL MOTOCICLISMO (artículo para ChopperOn.es, agosto 2013).
Hace
unos años escuché a Ramón Trecet preguntar a la audiencia por qué admirábamos a
los jugadores de la NBA. Él mismo ofreció la respuesta: “porque hacen cosas que
nosotros jamás podremos hacer”. Aquella reflexión se adhirió a mi mente y de
ningún modo he conseguido desprenderme de ella. Admito que el término
admiración es demasiado fuerte; no es admiración lo que experimento cuando veo
a esos jugadores, pero sí asombro por lo que son capaces de hacer. Admiración
es, eso sí, lo que siento por los pilotos de motos que corren en carreras
infernales por el simple amor a una afición, y aún se acrecienta si me refiero
a Antonio Maeso, genuino representante español en la prueba más exigente y
peligrosa del mundo: el Man Tourist Trophy.
Hace
casi dos meses que Maeso sufrió un grave accidente durante una carrera del que
afortunadamente – y de milagro- salió vivo pero con fracturas
múltiples de tibia, peroné, fémur y rótula
que le impedirán, casi con toda seguridad, volver a competir sobre una moto.
Viajaba a 250 km/h cuando impactó con la rodilla
de manera brutal contra el muro situado en el interior de la curva Black Hut y
lo que resulta increíble es que consiguiese evitar el choque contra la montaña
y detener la moto con su pierna colgada, completamente destrozada. Hoy está concentrado en poder volver a andar, algo
que por desgracia no tiene asegurado. Pero no le admiro por eso, mi devoción
viene explicada por el compromiso que un hombre tiene con sus sueños. Antonio
ha dedicado los últimos años a hacer posible aquello que una vez iluminó su
vida, volando por encima de las dificultades mientras sorteaba negros
nubarrones en forma de incertidumbre económica. Durante este tiempo ha corrido
gracias a entregar su energía, vida y recursos a este propósito y a haber
conseguido reunir un notable número de aportaciones privadas de motoristas
entusiasmados con su proyecto de vida. Tras cinco años de sueño la realidad ha
impuesto su despiadada ley, hoy Antonio se encuentra sumido en una nueva
competición en la que tiene que enfrentarse al mayor enemigo que puede tener:
él mismo. Su concentración está en volver a caminar, en poder recuperarse para
proseguir su vida más allá de sus propios deseos. En la Isla de Man se han dejado
la vida muchos pilotos, entre ellos nuestro primer gran piloto, Santi Herrero,
acrecentando así el mito de la prueba más carismática de las dos ruedas. Este
mismo año dos motoristas han perdido la vida, uno en el TT y otro en el
Southern 100 que se corre al sur de la isla. Afortunadamente Maeso puede
contarlo y vivir para narrarnos al resto sus peripecias en la competición. Esta
es la auténtica gran noticia, no la del accidente que le retira. Estar vivo
supone la oportunidad de alimentar nuevos sueños que encaminen sus pasos, para
descubrir otros límites, nuevas ambiciones. Querido Antonio, tú y el resto de
esos personajes menores a los que los medios de comunicación ignoran como si
fuese la letra pequeña de un contrato tan obligatorio como molesto sois mis
auténticos héroes. Mucho ánimo en tu recuperación y toda la suerte que te
mereces para el nuevo camino que emprendes. Eres y siempre serás un Manx.
martes, 5 de marzo de 2013
MOTORISTA DE SALÓN (artículo para ChopperOn, marzo 2011)
Hace
ya casi un mes que La Bonita duerme sin descanso en el garaje de casa. El paso
por el taller no ha sido todo lo rápido que esperaba y el dolor me impide
todavía llevarla de paseo como se merece. No recuerdo la última vez que pasó tanto
tiempo sin que pudiese montar en moto pero debió ser hace mucho porque estoy
que me subo por las paredes. Shit happen!
Sin embargo la convalecencia me ha permitido recuperar otras cosas que tenía,
si no olvidadas, sí postergadas. Entre ellas leer más de lo que acostumbraba en
los últimos tiempos. Varias son las obras que han sido devoradas durante este
mes pero quédense tranquilos que no es mi intención escribir un artículo sobre
ellos. Lo que sí quiero resaltar es que me resulta curioso la cantidad de aspectos
que tienen en común literatura y motos. Cuando abres una novela es como si
accionaras el acelerador suavemente para dejar que el motor de la historia te
vaya llevando por kilómetros llenos de letras hasta las más increíbles
aventuras, los romances más apasionados o las batallas más sangrientas. La
literatura nos permite soñar, imaginar, emocionarnos… ¡Vivir! Al menos para mí
ha sido una vía de escape durante todas las etapas de mi vida. En moto he
recorrido carreteras de casi toda España y media Europa, he visto parajes
increíbles y conocido personajes dignos de mención; con los libros he visto
cosas que tú ni imaginarías, he amado a mujeres hermosas y algunas realmente
peligrosas, he estado al borde la muerte infinidad de veces y he tenido que defender
vida y honra en varios duelos de honor. Moto y letras caminan de un modo
paralelo en mi vida y por eso, cuando emprendo un viaje en moto siempre viaja
conmigo una novela… y un cuaderno. Leer y escribir me son tan imprescindibles
como rodar y en estos momentos de
orfandad motera me refugio en ellos para huir de la podredumbre moral que nos
rodea. Espero que esta situación se resuelva rápidamente porque el sofá de mi
salón es cómodo, sí, pero añoro el sillín individual de mi Harley y necesito
escuchar el ronroneo del big twin al ralentí. En fin, toca rezar y esperar
mientras ataco “Danzas de Guerra”, el recopilatorio de cuentos, odas y poemas
de Sherman Alexie que mi hermano
Víctor me regaló al salir del hospital. Curioso, comienza a sonar la excelente
versión de The House of the rising sun que
The White Buffalo hizo para cerrar la
cuarta temporada de la serie Sons of Anarchy. Le han cambiado la
letra para ajustarla a la mujer de Jax
Teller, el protagonista. Empieza así:
There is a
house in Charming town / They call the rising sun.
And it’s been
the ruin of many a poor girl / and me oh God I’m one.
Y así termina:
And me I wait
in Charming town/ to gain my loveless one
I’m staying
here to end my life/ down in the rising Son.
Para el resto, ya saben, Google y YouTube. Que la disfruten.
lunes, 3 de diciembre de 2012
AJUSTANDO CUENTAS (artículo para ChopperOn, diciembre 2012).
Escuché
el otro día a Pérez-Reverte, el escritor, revelarle a Iñaki Gabilondo durante
una entrevista, en tono grave y revestido de gran solemnidad, que España se
había equivocado dos veces en la Historia: la primera en Trento, donde nos equivocamos
de dios y adoptamos al vengador implacable, y en la guerra de independencia,
donde erramos el enemigo y con ello nos adentramos en las más profundas
tinieblas del pensamiento. Ambas incorrectas decisiones condenaron a nuestro
país al oscurantismo en el que se ha movido estos siglos, según Reverte, y no
puedo dejar de pensar en cuanta razón encierran sus palabras. No hay más que
ver, proseguía el autor, la prosperidad de la que gozan los países del centro y
norte de Europa y la condiciones que sufrimos nosotros. Durante toda su
argumentación, más extensa y sesuda, se imponía la idea de un retraso cultural
pero sobre todo de actitud mental. Quizá eso explique el guirigay de
sinsentidos que ocurre en este país y sirva de base para entender la estupidez
congénita que planea permanentemente sobre nuestra sociedad paleta. Quizá a
estas alturas algún lector pudiese entender que estoy empezando a construir los
cimientos para responder a todos los memos que vertieron mensajes insultantes
sobre mi persona por el artículo del mes anterior, pero no es así y créanme que
me ha costado sujetar los puños de mi pluma. No, puede que no tenga mucho que
ver pero estaba pensando en la cantidad de prejuicios con los que tenemos que
cargar los motoristas siempre que saltamos a escena, así como en los recelos
que existen entre los distintos sub colectivos que lo forman.
Me
acojo a la argumentación de Pérez-Reverte para resaltar el enorme respeto que
siempre he sentido por aquellos países que entienden que la libertad de la moto
comienza por respetar la autonomía de quienes integran su mundo. Desde los
constructores hasta los conductores, pasando por las marcas y sus
concesionarios, todos gozan del respeto de quien libremente elige su opción
laboral o de ocio, por no hablar de eventos tan especiales como los que suceden
en la Isla de Man o en Irlanda del Norte, la caravana continental que va
recogiendo adeptos desde Alemania hasta llegar al Ace Café de Londres cada año
o el hecho de que el circuito de Assen sea conocido como La Catedral. Todos
estos ejemplos y los omitidos para no cansar tienen el denominador común que
supone el respeto con que sus respectivas sociedades los acogen. He viajado por
gran parte de esa Europa y he podido comprobar como no he sido nunca señalado por
la desconfianza al ser motorista. Incluso he atravesado Francia de norte a sur
durante la salida de un puente el 14 de julio, su fiesta nacional, con las
autopistas atascadas por miles de coches que salían de vacaciones y que se
apartaban al ver por el retrovisor que se acercaban dos motos. Francamente
impresionante, pueden creerme, y muy alejado de lo que sucede aquí, donde
parece que el motorista es una pieza que hay que cobrar a toda costa. Desde
este espacio de opinión he denunciado varias veces el escaso interés que tiene
la administración por nosotros y nuestros problemas… y la sociedad tampoco le
va a la zaga. Estoy seguro de que todos los que montamos en moto, y más los que
pertenecemos al mundo custom, hemos tenido que sufrir en más de una ocasión los
prejuicios de aquellos que nos ven casi como un peligro social. Todavía me río
al recordar una vez que estando en el bar Sin Perdón, en Valencia, un motorista
le fue a dar un mechero de regalo a una chica que venía conmigo, pero que no
tenía nada que ver con nuestro mundo, y ésta respondió dando un respingo,
asustada, como si la fuesen a agredir.
Anécdotas
aparte, ha llegado el momento de decidir en que modo queremos que se nos vea,
que se nos trate, y empecemos a ajustar cuentas con esa sociedad que nos mira
de lateral pero que siempre nos ha tenido a su lado cuando nos ha necesitado.
Seguir reivindicando nuestros derechos no es sólo una necesidad, es un leit
motiv para asegurarnos la comprensión y el respeto tanto en la carretera como
fuera de ella. Personalmente no me gustaría mirar para atrás dentro de unos
años y ver que me he equivocado en la decisión. Esta vez no.
viernes, 19 de octubre de 2012
Me atrevo a compartir este brillante artículo tomado de http://www.jotdown.es/
Enric González: Con todos mis respetos
Posted by Enric González
El nacimiento de mi hija fue complicado. Clara y Lola, su madre, tuvieron que permanecer un cierto tiempo en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Dexeus. Resultó que la Seguridad Social sólo cubría el parto y el resto me correspondía a mí. La factura ascendió a 12 millones de pesetas, lo que entonces costaba un piso. Me era imposible pagar. El diario El País, que entonces dirigía Juan Luis Cebrián, se hizo cargo del asunto. El mismo diario, con el mismo director, me pagó cursos en Esade y me procuró una beca en Estados Unidos.
No quiero olvidar esas cosas.
Incluso teniéndolas presentes, ahora comparto la opinión universal sobre Cebrián. A mí también me causa horror y una cierta repulsión. Pero prefiero pensar que está enfermo y que la cura a su enfermedad no puede pagarse con dinero. No debe ser, como pensé hace unos años, un simple caso de ludopatía bursátil. Si fuera así, habría recuperado ya la lucidez. Dudo que lo suyo tenga remedio. Es una lástima.
Después de 27 años en El País, creo que debo irme. La decisión de despedir a un tercio de la redacción me permite acogerme, sin negociaciones particulares, a la indemnización que se establezca para el colectivo. El Paísha hecho por mí mucho más que yo por él y hasta no hace mucho confiaba en que pese a la crisis, la general y la del sector, lograría superar sus disfunciones. Ya no confío. Conviene, sin embargo, subrayar algo: en 1976 trabajaba en la Hoja del Lunes de Barcelona y cuando llegó a mis manos el primer ejemplar de El País pronuncié una frase lapidaria: “Esto no dura seis meses”. Como se ve, carezco de dotes proféticas.
Desconozco quién figura conmigo en la lista de los que se van. Solo sé que son compañeros y amigos. Igual que casi todos los que se quedan. Por eso quiero suponer que me equivoco de nuevo y que El País, que seguirá contando tras los despidos con bastantes de los mejores periodistas de España (e, inevitablemente, con unos cuantos personajes lamentables), aún valdrá la pena.
He escrito estas líneas con vergüenza. Que yo deje un empleo carece de interés. Que más de diez docenas de periodistas sean despedidos de un periódico que baña en oro a sus directivos y derrocha el dinero en estupideces es bastante grave. Que en España haya millones de personas sin trabajo y con muchísimas dificultades para llevar una vida digna, mientras algunos se enriquecen a costa de la miseria ajena, es una tragedia.
Perdonen el desahogo. No volverá a ocurrir
(enlace al original)
http://www.jotdown.es/2012/10/enric-gonzalez-con-todos-mis-respetos/
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