martes, 30 de junio de 2009

Rock'n'Road 2009- León (II)

Más ruta.
En ruta.
León es precioso. Al fondo, Riaño.
Esto sí que es historia HD. El Shovell de Luismi.
Cris y Bram con un colega de León.
Cascos con 4 adhesivos diseñados por mí.
Edu siempre listo para salir.
Esther, Luismi, Luciano y "El Jefe".
Tomás, alma mater de León Antiguo.
Santos, Andrés y Quique (de espaldas)
"Mahou" y "Gato"
La moto de "Gato"
Plaza del Cid
Alejo y Dani "Cow"

lunes, 29 de junio de 2009

El mundo Triumph llora de dolor


La marca inglesa ha sufrido un duro golpe del cual sospechamos que jamás se recuperará.
El pasado fin de semana el afamado triumphista JuanDa Gas,hasta hoy baluarte de la marca y heredero del espíritu McQueen, fue visto a lomosde una espectacular Harley-Davidson Road King del 97 disfrutando como locopor las carreteras de León. Incluso algunos de los que dieron fe de su
presencia juraron haberle escuchado gritar al viento: "¡Mola esto de ser un cerdo!".

El grupo Laborista ha pedido que la bandera británica renuncie a su aspa roja como señal de dolor y los noticiarios de la BBC han empezado a guardar un minuto de silencio por tan dolorosa pérdida.
Buckingham Palace ha declinado hacer cualquier comentario al respecto.


jueves, 25 de junio de 2009

León 2009

Fue un placer ver a JuanDa y a Marta sobre La Bonita.
Gracias, Dani, por prestarme tu moto. Fue una delicia.

martes, 23 de junio de 2009

Rock'n'Road 2009- León

Acompañamiento de la vaca.
La Vaca Grasienta con la vaca asada.
Aperitivo.
Bien acompañado por Laura.
Bram, JuanDaHD y yo.
En ruta.
Plaza del Cid.
Cena en Valdevimbre.
Un poli local con buen gusto admirando La Bonita.
Llegada a León.

“El TT es la gran prueba. Para mí vale como todo un campeonato.” (Santiago Herrero)



No sé por qué me viene a la memoria uno de los pilotos más desconocidos y sin embargo más importantes de la historia del motociclismo español. Un piloto que murió cuando era serio candidato a conseguir el campeonato mundial de velocidad en 250cc. Me refiero al gran Santiago Herrero, que falleció el 10 de junio de 1970 mientras disputaba el TT de la Isla de Man. La curva Westwood lo reclamó para sí cuando iba tercero tras Carruthers y Gould. Falleció 2 días después en el Hospital Nobles de Douglas, capital de la isla. Desde entonces, la Milla 13 permanece en la memoria de los motoristas españoles como un símbolo fatal pero con la gloria de haber sido la que derribase al gran piloto, jinete de los sueños propios y la esperanza de muchos incondicionales.A veces creo que la isla reparte una justicia caprichosa dejando que salgan vivos buenos pilotos y llevándose seguramente a los
mejores. Sin duda alguna Santi fue uno de ellos y su espíritu recorre una y otra vez el circuito a lomos de la mítica OSSA monocilíndrica de válvula rotativa.

Para él el TT era la carrera más importante del mundo. Suponía su tercera participación y ya había sido tercero el año anterior.
Por eso, su ilusión era inscribir su nombre en el Olimpo de los
ganadores. No pudo ser y su alma quedará prendida para siempre a la leyenda y la magia que la Isla de Man tiene por derecho propio. Ballaugh Bridge, Sarah's Cottage, Goose Neck, Bungalow o Creg Ny Baa son nombres que le resultaban tan familiares como su propia casa y ahora, tras haber tenido la suerte de recorrerlos a lomos de mi Road King, también los son para mí.

A pesar de ser relativamente conocido en su época, Santi no lo es tanto para los actuales y creo firmemente que conocer la historia nos hace mejores y más sabios. Por eso reivindico desde
estas líneas su nombre y su memoria, pero también la de todos aquellos pilotos anónimos que lo han dado todo por esta carrera reservado exclusivamente a los más valientes.

Gracias, Santi, por tu entrega y sacrificio. Gracias por tu valentía y empeño en alcanzar los sueños. Gracias por haberme hecho interesarme por la Isla de Man. Tu amor por ella se ha traspasado un poco a mí.


Santi Herreros con Ángel Nieto

lunes, 15 de junio de 2009

QUE OS DEN (artículo de ChopperOn.es del mes de junio)

Las cosas son como son. Aunque parezca una perogrullada es un hecho. No por compartir ciertas cosas nos encontramos hermanados con los demás. Las Harleys, por ejemplo. Cada día veo más por las calles de la ciudad en la que vivo. Cada una con una tipología distinta de conductor; unos me miran despreciativamente por el color de mi moto, supongo, y otros lo hacen de forma temerosa por mi aspecto, vuelvo a suponer. Los hay de todo tipo: malotes, pijos, yuppies con traje y corbata, indiferentes… Yo defiendo que todo el mundo tiene derecho -¡faltaría más!- a llevar la moto que quiera, incluso una Harley. Pero echo de menos los tiempos en que había una complicidad entre nosotros, ese tiempo en el que nos saludábamos en los semáforos el día en el que nos encontrábamos con otro compañero de montura. Hoy no lo siento así y ya no saludo a nadie por llevar la misma moto, es más, ya casi no miro cuando se paran a mi lado, simplemente sigo mi camino. Respeto a todos, eso sí, pero no me siento identificado con ninguno. En esto de las dos ruedas, como en la vida en general, hay que trabajarse la complicidad que deriva en amistad. Conozco a muchos harleros y con unos me llevo bien, con otros no me llevo nada y existe un pequeño grupo con los que guardo un amistad sincera y desinteresada. Muy pocos, pero reales, y con los que la relación empezó por la moto pero se fomentó a través de formas de ser, de pensar, de sentir y de afrontar la vida, si no iguales, sí complementarias con las nuestras. Esto es lo que nos une, lo que damos para poder recibir lo que queremos. Con unos me une mi afición por la literatura o por el rugby, con otros la pasión que siento al escucharles narrar anécdotas divertidas o interesantes, y hay algunos con los que no me une otra cosa que su voluntad por hacerme sentir bien. Sea como fuere, esos son mis colegas, las personas, no las motos y menos aún la marca que conducen. Alguno, es verdad, ha desaparecido de mi círculo por comportarse de forma deshonesta, faltando al honor que debe conducir nuestro comportamiento, pero es que la vida no es perfecta y, además, ya no lo echo en falta. Por la carretera he conocido un montón de personas que han reemplazado con creces a las pocas deserciones que he sufrido en las filas de la amistad y con los que he tenido la suerte de compartir un rato de charla. Gente que ha sabido dar para poder recibir en la misma proporción. Se me ocurren muchos nombres para citar pero no cabrían en el breve espacio que me dedica ChopperOn, así que no voy a caer en la tentación de destacar a ninguno. Eso sí, dentro de unos días me marcho a León para encontrarme con muchos de ellos y darles un abrazo y un beso con la alegría inmensa del reencuentro. Si tú, que estás leyendo estas líneas vienes, te veré allí. Y si no, ya sabes… que te den.

Junio 2009.