lunes, 15 de junio de 2009

QUE OS DEN (artículo de ChopperOn.es del mes de junio)

Las cosas son como son. Aunque parezca una perogrullada es un hecho. No por compartir ciertas cosas nos encontramos hermanados con los demás. Las Harleys, por ejemplo. Cada día veo más por las calles de la ciudad en la que vivo. Cada una con una tipología distinta de conductor; unos me miran despreciativamente por el color de mi moto, supongo, y otros lo hacen de forma temerosa por mi aspecto, vuelvo a suponer. Los hay de todo tipo: malotes, pijos, yuppies con traje y corbata, indiferentes… Yo defiendo que todo el mundo tiene derecho -¡faltaría más!- a llevar la moto que quiera, incluso una Harley. Pero echo de menos los tiempos en que había una complicidad entre nosotros, ese tiempo en el que nos saludábamos en los semáforos el día en el que nos encontrábamos con otro compañero de montura. Hoy no lo siento así y ya no saludo a nadie por llevar la misma moto, es más, ya casi no miro cuando se paran a mi lado, simplemente sigo mi camino. Respeto a todos, eso sí, pero no me siento identificado con ninguno. En esto de las dos ruedas, como en la vida en general, hay que trabajarse la complicidad que deriva en amistad. Conozco a muchos harleros y con unos me llevo bien, con otros no me llevo nada y existe un pequeño grupo con los que guardo un amistad sincera y desinteresada. Muy pocos, pero reales, y con los que la relación empezó por la moto pero se fomentó a través de formas de ser, de pensar, de sentir y de afrontar la vida, si no iguales, sí complementarias con las nuestras. Esto es lo que nos une, lo que damos para poder recibir lo que queremos. Con unos me une mi afición por la literatura o por el rugby, con otros la pasión que siento al escucharles narrar anécdotas divertidas o interesantes, y hay algunos con los que no me une otra cosa que su voluntad por hacerme sentir bien. Sea como fuere, esos son mis colegas, las personas, no las motos y menos aún la marca que conducen. Alguno, es verdad, ha desaparecido de mi círculo por comportarse de forma deshonesta, faltando al honor que debe conducir nuestro comportamiento, pero es que la vida no es perfecta y, además, ya no lo echo en falta. Por la carretera he conocido un montón de personas que han reemplazado con creces a las pocas deserciones que he sufrido en las filas de la amistad y con los que he tenido la suerte de compartir un rato de charla. Gente que ha sabido dar para poder recibir en la misma proporción. Se me ocurren muchos nombres para citar pero no cabrían en el breve espacio que me dedica ChopperOn, así que no voy a caer en la tentación de destacar a ninguno. Eso sí, dentro de unos días me marcho a León para encontrarme con muchos de ellos y darles un abrazo y un beso con la alegría inmensa del reencuentro. Si tú, que estás leyendo estas líneas vienes, te veré allí. Y si no, ya sabes… que te den.

Junio 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario