miércoles, 31 de julio de 2013

"STAY", Jackson Browne.

En 1978 Jackson Browne ofreció un concierto donde sorprendió con este tema con una sorprendente introducción. Al contrario de lo que la gente piensa no es una canción suya, sino de  Maurice Williams y The Zodiacs (1953). Browne revisó un poco la letra y no hay duda de que la popularizó.

http://www.youtube.com/watch?v=I11t5mj9FOk

Now the seats are all empty
let the roadies take the stage
pack it up and tear it down.
They're the first to come and the last to leave.
Working for that minimum wage
they'll set it up in another town.
Tonight the people were so fine
they waited there in line
and when they got up on their feet.
They made the show, and that was sweet
but I can hear the sound of slamming doors and folding chairs
and that's a sound they'll never know

Now roll them cases and lift them amps
and haul them truses up and get'um up them ramps
'Cause when it comes to moving me,
you know you guys are the champs
but when that last guitar's been packed away,
you know that I still want to play.
So just make sure you got it all set to go
before you come for my piano

But the band's on the bus,
and they're waiting to go.
We gotta drive all night
And do the show in Chicago... or Detroit.
I don't know, we do so many shows in a row.
And these towns all look the same.
We just pass the time in the hotel rooms
and wander around backstage.
'Till those lights come up, and we hear that crowd,
and we remember why we came.

Now we got country and western on the bus,
R & B, we got disco in 8-tracks and casettes in stereo.
We've got rural scenes and magazines
And we've got truckers on CB.
We got Richard Pryor on the video.
We've got time to think of the ones we love
while the miles roll away
but the only time that seems too short is the time that we get to play.
People you've got the power over what we do.
You can sit there and wait
or you can pull us through.
Come along, sing this song,
you know that you can't go wrong
'Cause when that mornin' sun comes beating down
you're gonna wake up in your town.
But we'll be scheduled to appear
a thousand miles away from here...

People stay just a little bit longer.
We want to play  just a little bit longer.
Now the promoter don't mind
and the union don't mind
If we take a little time
and we leave it all behind and sing
one more song
Oh won’t you stay just a little bit longer.
Please, please, please say you will...
Say you will.

Oh won’t you stay just a little bit longer.
Oh please, please stay just a little bit more.

Now the promoter don’t mind
and the roadies don’t mind
if we take a little time
and we leave this all behind and sing
one more song


viernes, 5 de julio de 2013

La Red (a)Social (artículo para ChopperOn.es, julio 2013)


Hace unos días saltó la noticia de que Facebok recibió -y atendió- alrededor de 10.000 órdenes de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU con peticiones de información que afectaban a entre 18.000 y 19.000 cuentas. Justo una semana antes, volviendo de la reunión anual de Harley-Davidson en León, mi moto sufrió una avería cerca de Valladolid y tras colocar el casco a 20 pasos, la chaqueta en el suelo y separarme unos metros de la moto comprobé como pasaban ante mí siete BMW  y dos motos japonesas que no se dignaron a parar, eso sí, muy educados me saludaron con la mano.
A priori ambos hechos no tienen nada que ver pero si nos detenemos un momento a valorarlos descubrimos que, de algún modo, tienen aspectos comunes. Ambas son dos grandes redes sociales, sí, no se me solivianten todavía. Me explicaré. Si bien Facebook tiene un alcance mundial que supera los mil millones de cuentas, el motociclismo, o motorismo, tiene también una importante cifra millonaria de seguidores en todo el mundo. Ambas son, igualmente, voluntarias y en el caso de Facebook totalmente gratis. Cuando entramos en esta red debemos saber que estamos dentro de una empresa privada y jugamos con sus propias reglas sin que nadie nos obligue a permanecer en ella; cuando conducimos una motocicleta deberíamos ser conscientes de que formamos parte de un mundo con un centenar de años de historia, códigos no escritos pero que mantienen todavía su vigencia, al menos en los que somos cascos viejos, y una solidaridad que se hizo famosa mucho antes de que los móviles hiciesen su aparición y las compañías de seguros introdujesen la asistencia en carretera. Cuando era pequeño era frecuente escuchar historias, incluso en los programas de televisión, sobre como los motoristas (o moteros) ayudaban a coches averiados y, por supuesto, a las motos. Hoy parece que aquellas historias son parte de la leyenda perdida de la solidaridad humana.
No entiendo a quienes claman ahora por la violación de su privacidad en las redes sociales. ¿Qué privacidad reclamas cuando has sido tú quien ha compartido todo lo que has querido en el entorno de una compañía? Si no quieres que tus cosas se vean… no las pongas. Y tampoco entiendo que alguien que se suba en una moto no asuma como propias las reglas básicas de esta afición. Si no sabes, pregunta, coño. Un casco colocado en el suelo a 20 metros de la moto, remarcado por la chaqueta que reposa en el asfalto y no colgada del manillar, por ejemplo, es señal de avería, a ver si se enteran aquellos que no han escuchado a sus mayores. Sí, el piloto seguramente habrá llamado ya por su móvil y estará esperando a la asistencia, pero una parada a preguntar será siempre de agradecer. Un poco de charla o simplemente comprobar que formas parte de algo reconfortará al piloto con problemas. Y si no vas a parar, al menos métete el pito y las “uves” en el orto porque no tienes nada que ver conmigo y paso de saludarte. Eso sí, no te preocupes, si un día eres tú el que estás tirado en la carretera y yo paso en moto o en coche, me detendré y te ofreceré ayuda y un rato de charla, al igual que hicieron conmigo David y Ana, Carlos y Esther, Ricardo y Ricardo jr. Todos harleros, todos motoristas, todos amigos. Yo seguiré montando en moto y mantendré mi perfil en Facebook porque asumo las reglas de ambos.
Por último, quiero dar las gracias a otro motorista, Roberto, y a su encantadora chica, Ali, por no haber permitido que me hiciese el resto del viaje en grúa. Desviaron su camino y nos recogieron a mí y a La Bonita ofreciéndonos su hospitalidad porque ellos sí que saben lo que es una red social. Y se basa, sobre todo, en la amistad.