miércoles, 29 de noviembre de 2017

Territorio Comanche

Recuerdo haber leído "Territorio Comanche" en cuanto se publicó porque siempre me ha interesado el periodismo de guerra, quizá porque en mi interior estoy convencido de que equivoqué mi profesión. Por eso hoy he disfrutado mucho leyendo una entrevista a José Luís Márquez, aquel cámara que 'coleccionaba' puentes y que tan bien retrató Pérez-Reverte en el libro. Un personaje fascinante al que me gustaría conocer y, sobre todo, escuchar. Al final de la misma hay un par de vídeos con crónicas de Arturo Pérez-Reverte sobre la guerra de los Balcanes y me ha recordado una campaña de captación de socios para Amnistía Internacional de la que fui cocreador en JWT. Aquella campaña llevaba por título A TI QUÉ TE IMPORTA y constaba en gráfica de 4 originales: uno sobre la violencia policial en Brasil hacia los niños de la calle, otro sobre la masacre kurda con bombardeos de gas mostaza, una más sobre la represión tribal del Irak de Saddam Hussein y la última sobre el genocidio serbio en la hasta ahora última guerra en territorio europeo.
Para poder hacerla tuve que ver multitud fotos y vídeos con imágenes escalofriantes de torturas, violaciones, asesinatos, fosas comunes, etc, y leer otros tantos testimonios de supervivientes testigos de aquellos horrores. Recuerdo especialmente el relato de una mujer violada repetidamente por milicianos serbios, que no tengo fuerzas para relatar aquí. Tanto terror contenían los documentos que el redactor junior que me ayudaba se presentó ante mí con la fez demudada y con lágrimas en los ojos me pidió que le relevase del trabajo. Simplemente no podía con aquello.
Esa campaña me llevó días de lágrimas y muchos más de pesadillas pero quería, deseaba, trasladar a la sociedad lo que estaba ocurriendo y por eso convencí a mi director creativo, Miguel Ángel Torralba, de la necesidad de escribir anuncios largos, incluso de hasta 500 palabras, que encogiesen el alma de quienes lo leyesen. Así lo hice y me encuentro bastante orgulloso de haberlo hecho. No ganó ningún premio profesional pero sí que consiguió una gran cobertura mediática y, lo mejor de todo, un buen número de socios para AI. Además, compartí mesa de presentación con el escritor José Luís Sampedro, y eso sí que fue un buen momento después de tanto horror.


viernes, 10 de noviembre de 2017

Omnium Cultural, uno de los nuestros.

En todos los conflictos modernos surgen organizaciones que, aunque travestidas de una pátina social y cultural, se convierten en agitadoras de masas con pura intención política. El caso de Omnium Cultural es un claro ejemplo de esto. Creada en 1962 por destacados representantes de la burguesía de Cataluña, supuestamente para preservar la lengua y la cultura catalana, la entidad siempre estuvo bajo sospecha de quienes verdaderamente sufrieron la represión o el exilio franquista. El propio Tarradellas, quien la calificó de "mojiganga cultural", pensaba que no era otra cosa que un apéndice de la burguesía catalana que se enriqueció al amparo de la dictadura y denunció que"los beneficiarios de tantos esfuerzos y sacrificios hoy día tienen el atrevimiento de darnos lecciones de patriotismo y moralidad".

No sorprende que OC sea tan activa en este proceso desestabilizador del orden constitucional y menos si se tiene en cuenta todo lo que le debe al gobierno de la Generalitat. Tras una concienzuda investigación, el diario ABC denunció en un artículo fechado el pasado 9 de octubre que desde 2005 "ha recibido más de 20 millones de euros en subvenciones públicas para incentivar el catalanismo, encargo de estudios y campañas
de recaudación. Tradicionalmente la Generalitat inyectaba entre uno y dos millones de euros al año
en las cuentas de Òmnium. La mayor parte de ellas son subvenciones a fondo perdido y otorgadas a dedo, sin concurrencia pública".
No sorprende que tras tanta generosidad pública con el dinero de los ciudadanos sus líderes pongan tanto empeño en agitar el proceso independentista. No es bueno morder la mano de quien te da de comer, pese a que ello te conduzca inevitablemente a engañar a millones de catalanes fingiendo ser lo que no se es.