lunes, 30 de marzo de 2015

El Plan CORA o como el Gobierno de la nación desprecia la marca España (artículo para mundiario.com)


Hay cosas realmente difíciles de comprender, cosas que suponen un desafío al sentido común y contribuyen a llenar de vergüenza la conciencia colectiva de un país. El plan para la centralización de la compra de espacios en medios de comunicación y demás soportes publicitarios, llevado a cabo por la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas (CORA), es una de ellas. Este plan, inicialmente ideado para optimizar los recursos comunes en bien de todos, se ha convertido desde el principio en un fiasco al convertir a las empresas participantes en chamarileros de segundo orden donde sólo importaba el coste, despreciando cualquier otro aspecto cualitativo.
Desde el concurso principal, en el que se valoraba la estrategia, es decir, el más importante aspecto cualitativo, con un paupérrimo 20%, era un claro indicador de que el Gobierno no tenía intención alguna de tener en cuenta la calidad de las ofertas, tan sólo les preocupaba el precio. Así, despreciaron las 5 propuestas mejor valoradas por estrategia y curiosamente se quedaron con las 5 peor calificadas en ese aspecto pero que presentaron unas ofertas tan increíblemente bajas que hasta la asociación Agencias de España (AdE), entidad que agrupa a muchas de las agencias de publicidad y centrales de medios de capital netamente español, protestó avisando reiteradamente del tremendo error que iban a cometer.
Fiel a su costumbre de decir de puertas a fuera una cosa y actuar del modo contrario dentro de casa, el Gobierno hizo oídos sordos a los lamentos de los profesionales de la comunicación y se empeñó en seguir por la senda del pragmatismo económico.
Hoy, su error está dando lugar a situaciones tan esperpénticas. como que, para solucionar este gran sinsentido que ellos mismos han creado, obligan ahora a incluir una estrategia de medios en los concursos creativos a las mismas empresas a las que les negaron ese valor con anterioridad. Esto es, 'chantajean' a las empresas concursantes para que realicen gratis el trabajo que no quisieron valorar.
En este punto conviene preguntarse, ¿es esto lo que entiende el Gobierno como marca España? ¿Este es el modo en el que pretenden dar valor a las iniciativas empresariales de nuestro país?
Se les llena la boca de declaraciones grandilocuentes hablando de la capacidad y el intelecto de las empresas españolas para luego ignorar con alevosía estas mismas capacidades. Así nos va y así pinta el futuro, la menos a corto plazo.
Este Gobierno, que ha demostrado ser vivo ejemplo del carácter de Sancho Panza, es maestro de la falacia y la hipocresía; del mentecatismo recalcitrante y la desidia. Es un momento aciago para la marca España.