martes, 11 de enero de 2011

¿FELIZ? 2011 (artículo escrito para el número de enero de ChopperOn.es)

Ahora que sabemos que las democracias occidentales han vendido sus principios por las treinta monedas de financiación de una China que no reconoce los Derechos Humanos, ni la libertad de prensa y opinión, y que incluso Hillary Clinton la denomina “nuestro banquero”; ahora que sabemos –gracias Wikileaks- que nuestros gobiernos dedican sus esfuerzos a ningunearnos y a demostrarnos cada día que les importamos un comino; ahora que sabemos que los Bancos se mantienen en un “monopoly” ficticio; ahora que sabemos que Obama es el mismo perro con distinto collar y que la ilusión que nos vendió era sólo una falacia; ahora que sabemos que el adobo de choteo lo pone la Justicia de nuestro país, permitiendo (por ejemplo) que las imputaciones contra Carlos Fabra corran a través del tiempo hasta verse prescritas; ahora que sabemos que el gobierno de nuestro país es incapaz de decir una verdad aunque le arranquen la piel, que la actitud social de algunos ministros se circunscribe a nombrar a dedo a sus amigos para ocupar altos puestos en la administración y que el cinismo parece ser su gloriosa divisa para la Historia; ahora que sabemos que las previsiones de riesgo económico para España se ven aumentadas, debido, entre otras cosas, al enorme gasto que la estúpida política de comunidades autonómicas trae consigo; ahora que sabemos que el sueldo medio de los funcionarios es mucho mayor que el que pensábamos y que su número, comparado con el resto de población activa, resulta insultante; ahora que sabemos que nos ahogan cada día un poco más con subidas de bienes primarios como la luz y el gas, a pesar de que las grandes compañías anunciaron beneficios de escándalo; ahora que sabemos que a los que nos hemos dejado la piel pagando precios abusivos por nuestras viviendas -y jugosas hipotecas a los que nos han sumergido en esta vorágine de caos y miedo - nos condenan a perder el dinero invertido con sudor y esfuerzo al eliminar las desgravaciones por compra de casas, y con ello la posibilidad de que haya nuevos compradores, a pesar de que el catastro y las tasas municipales no hayan disminuido nada; ahora que sabemos que la nueva ortografía nos obliga a renunciar a lo aprendido a la hora de redactar (pido disculpas porque no sé si estoy puntuando y acentuando correctamente); ahora que sabemos que Pere Navarro no ha modificado un ápice su aprecio por la integridad de los motoristas y siga mofándose de nuestras desgracias en los telediarios; ahora que sabemos que nada va a cambiar… ¿a quien se le puede ocurrir felicitar el nuevo año?
La verdad, la indignación hace que enrojezca de ira y que en cada poro de mi piel germine la idea de una revolución social que ponga las cosas en su sitio, pero luego miro a mi alrededor y veo los dóciles corderitos en que nos hemos convertido y… ¡nada que hacer! Los sueños de un mundo justo perecieron incluso antes de ser concebidos, así que me voy a dar una vuelta en moto, procurando no dar una satisfacción al señor Navarro en forma de fría estadística de motorista accidentado. Eso es lo que os deseo para este año, que fastidiemos al Ilustrísimo Director General de Tráfico dejándole sin un solo accidente de motoristas del que volver a burlarse ante las cámaras. Y que se joda, qué coño.

Honor Vincit

viernes, 7 de enero de 2011

Irena Sendler, la Schindler polaca.

Ha llegado a mis manos, por casualidad, la historia de esta extraordinaria mujer, heroína durante la II Guerra Mundial. Reproduzco a continuación el artículo de El País, publicado el 12/05/2008, con motivo del fallecimiento de Irena.

"La historia de Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó la vida de cientos de judíos empleándolos en sus ruinosas empresas, tiene una versión femenina en Polonia. Se llamaba Irena Sendler y ha muerto hoy a los 98 años, según ha informado su familia. Sendler está considerada como una de las grandes heroínas de la resistencia polaca a los nazis: evitó que 2.500 niños judíos fueran trasladados a campos de concentración colocándolos en familias católicas.

Irena arriesgó su vida en la Varsovia ocupada de los nazis como miembro de la resistencia polaca. Pero su mayor hazaña, por la que estaba considerada como una heroína en su país fue la de sacar del gueto de Varsovia a 2.500 niños judíos. Los sacaba del gueto de las formas más inverosímiles. Luego los ocultaba en familias católicas y en conventos para evitar que acabaran en los terribles campos de concentración nazis.

Para salvaguardar la seguridad de los niños, escondía sus nombres y sus nuevas identidades en botes de conserva que enterraba bajo un manzano cercano a su casa. Su trama fue descubierta por los nazis y fue condenada a muerte, pero los resistentes polacos lograron rescatarla de manos de la Gestapo cuando era conducida al patíbulo. Por su labor, fue propuesta el año pasado por Polonia para recibir el premio Nobel de la Paz, que finalmente fue a parar al norteamericano Al Gore.

"Me educaron e la idea de que hay que salvar al que se ahoga, sin tener en cuenta su religión o su nacionalidad", le gustaba decir. Nació en febrero de 1910 y trabajaba en Varsovia como asistente social con familias pobres judías antes de la ocupación nazi. Desde el otoño de 1940, comenzó a arriesgar su vida para llevar alimentos, ropa o medicinas a los judíos confinados en el gueto de la capital polaca. Unos 450.000 judíos fueron hacinados en un barrio de Varsovia, del que luego fueron trasladados a campos de concentración, sobre todo al de Treblinka.

A finales de 1942, se unió al movimiento de resistencia Zegota (Consejo de Ayuda a los Judíos). Fue entonces cuando comenzó a sacar clandestinamente a niños judíos del gueto, a los que después entregaba a familias católicas y a conventos. Los escondía en maletas que luego eran transportadas en camiones de bomberos o de basuras, o simplemente en manos de personas que tenían acceso al gueto, como ella misma y su equipo de asistentes.

Fue arrestada el 20 de octubre de 1943, después de que los nazis aplastaran la rebelión del gueto, y fue torturada por la Gestapo. Nunca hablo ante sus torturadores, por lo que fue condenada a muerte y fue milagrosamente rescatada por un oficial alemán que se había unido a la resistencia polaca cuando ya enfilaba el camino a su ejecución. Continuó trabajando con otra identidad hasta que acabó la guerra. Entonces, se encargó de la supervisión de orfanatos y asilos en Varsovia.

Pese a todo, su historia no fue conocida en su país, tapada por los 40 años de régimen comunista, hasta que un grupo de estudiantes estadounidenses la descubrieron y la difundieron a todo el mundo. Como era de esperar, la historia llamó la atención de Hollywood, donde ahora se prepara una película. No obstante, el memorial israelí del Holocausto, el Yad Vashem, le concedió en 1965 el título de Justa entre las Naciones, que otorga a los gentiles que contribuyeron a salvar a judíos."

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Fallece/Irena/Sendler/Schindler/polaca/elpepuint/20080512elpepuint_7/Tes