jueves, 25 de febrero de 2010

PONGAMOS COMO EJEMPLO LA LIBERTAD (artículo escrito para ChopperOn.es, marzo 2010)

A menudo me sacude la conciencia la palabra de marras. Libertad. Un vocablo que excesivas veces llega desprovista de su significado. En este colectivo es muy frecuente asociarla como leit motiv de nuestra pasión. La fórmula moto + motorista = libertad es de los tópicos más burdos que pueden encontrarse en éste, nuestro universo de las dos ruedas. Bien, cada uno es libre de pensar como quiera y aferrarse al color del salvavidas que le plazca. Como decía una compañera mía. “Que cada uno defienda su mierda”. Pero ¿qué ocurre con la libertad de quienes piensan contra nosotros? Entonces nuestra libertad se antepone a la suya. Es en esos momentos cuando se pone a prueba su amplio significado, saliendo mal parada casi siempre. Nuestra libertad es más libertad que la suya ¡faltaría más! Y si no quieren ser libres les obligaremos a serlo. ¡A libres no nos gana nadie!

He escuchado demasiadas veces a personas que se autodenominan progresistas- término que, lo acepto, no acabo de comprender- invocar su libertad como enseña a imponer a cualquiera que no piense como ellos. Periodistas, intelectuales (sic), políticos… y hasta a nuestro ínclito Presidente, el hombre que arregla los zapatos ajenos, eso sí, con las suelas que a él le conviene. Todos invocan la conjunción exacta de letras como un mantra al que hay que unirse en comunión interplanetaria. La verdad es que es triste que un concepto universal se vea bastardizado por partidismos maniqueos. Dan ganas de sacar el látigo y emprenderla a zurriagazos contra los mercaderes de la insidia hasta dejar limpio el patio nacional.

¿Saben? Yo sí creo en la libertad sin imposiciones. La libertad de pensar y actuar conforme a lo que se piensa. La libertad de equivocarse y rectificar; la de elegir a los amigos y hasta a los enemigos; la de mirar adelante sin cargar con la ira del pasado; la de despreciar que los símbolos nos enfrenten en lucha fraticida; la de decidir que ruta seguir y que moto tener, sin integrismos. Creo en que el opuesto tiene la misma libertad que reclamo para mí, desechando que las diferencias me lleven al combate. Ésta- y no otra - es mi idea de libertad y así espero que ningún bienpensante de turno venga a arrebatármela. Aunque nunca se sabe, quizá algún lector se vea en la obligación de querer obligarme a aceptar su propia libertad. En ese caso, querido libertador, te aconsejo que no pierdas tu tiempo con este humilde juntador de letras. Sus palabras demuestran que no da para más; mejor que busques otra víctima a quien convertir en acólito, te saldrá más a cuenta.

En cuanto a la fórmula del principio, qué quieren que les diga. Ahora que recuerdo, sí hubo un tiempo en creí sentirlo pero, francamente, no puedo precisar si fue real o una mera ilusión. Ya saben, la vida te va sacando a mamporros los sueños que merecen la pena aunque yo me tomo la libertad de no resignarme. Ustedes sabrán disculpar mi osadía pero es que yo asocio la palabra a la dama que, a pecho descubierto, guía al pueblo de París a través de la barricada en la insurrección burguesa contra los abusos del rey absolutista gabacho, reflejada en el excelente cuadro pintado por Eugène Delacroix en 1830.

Y ahora que me he quedado a gusto, si no tienen inconveniente, voy a seguir escuchando a Meat Loaf en el ejercicio, por supuesto, de mi libertad.

martes, 2 de febrero de 2010

The Pan Within (artículo publicado en ChopperOn, febrero de 2010)

Come with me on a journey beneath the skin. Come with me on a journey under the skin.*

La conocí una noche de luna inquietante. Me sorprendió ver que su piel absorbía la luz que recibía, mostrándola mágica y misteriosa. No quiso decirme su nombre y también se negó a que intentase adivinarlo. “Juguemos a que soy quien tú querías encontrar”, me dijo. Acepté y la seguí durante horas por la senda de la incertidumbre. Viajando sin saber todavía como me condujo allá donde las palabras se inventaron; atravesamos valles de lágrimas y ríos de pasión; visitamos Asgard y saludamos a los dioses nórdicos que esperaban nuestra visita. En compañía de Oscar Wide libamos las ansias en copas gigantescas de hidromiel y reímos en medio del lago Estigia, burlándonos de nuestros temores, y exploramos los planetas cercanos antes de juntar nuestros labios sobre las estrellas.

Close your eyes, breathe show, we'll begin to look together for the Pan within.

Me sentí flotar de su mano cálida. A veces inmenso, otras minúsculo e indefenso. La sinfonía de los grillos se convirtió en nuestra canción. A su ritmo bailamos sobre las ruinas del infierno y llegamos a tocar el timbre de San Pedro antes de salir corriendo y ocultarnos tras una nube peregrina que torció el gesto ante nuestra travesura. Fuimos amantes entregados al orgullo del amor sin tiempo; fuimos compañeros del sexo sentido. Me abrió las puertas del deseo y me concedió todo lo que se me antojó. Las mujeres me sonrieron y los hombres reconocieron mi suerte inmensa. Gene y Eddie se acercaron a chocar sus copas con las mías. Santi me obsequió con una corona de laurel, William me tendió la petaca, compartí la pesca del Merlin con Ernest y hasta Churchill me dedicó un breve, pero amistoso saludo, desde un Chester corinto…

Swing your hips, loose your head and let it spin and we will look together for the Pan within.

Hicimos el amor tantas veces que dejé de imaginarlas. Pinté sobre su espalda un poema de amor improvisado; ella me correspondió dibujando mi nombre en el cielo de Orión y subimos hasta el monte de los Mil Nombres para gritar nuestro compromiso a la eternidad. Tatuamos nuestras intenciones ante el altar de los poetas malditos y detuvimos un instante el odio de los hombres, que cambiaron sus armas por claveles rojos.

The stars are alive and nights like these were bornto be sanctified by you and me.

Al salir el sol me dijo que debía marcharse. “¿Cuando nos volveremos a ver?”, pregunté desconcertado. Sonrió llevándose un dedo a los labios que inmediatamente después condujo hacia los míos. “Cierra los ojos y sueña que estás despierto”, me dijo. Así lo hice y fue entonces cuando descubrí que mi corazón había huido con ella.

* The Pan within es un tema de The Waterboys.
Febrero 2010