martes, 13 de enero de 2009

PENSANTE (la ilustración es de Chafino, el poema mío)

                                                                                                                   © Chafino

Un nuevo día en el hogar de la desesperanza.
Las lágrimas del cielo han terminado por apagar el sol.
De mi corazón.
A cada sonrisa, un llanto.
A cada risa, un lamento.
Por el error de ser uno y el mismo.
Por la furia de la insurrección.
El amor perdido ahoga el amor presente.
Y la risa de los inocentes aumenta mi congoja.
Víctima fui, y soy, de los errores futuros.
Ciego en el país de los tuertos.
Amargado en la fonda de los risueños.
Carne podrida en la hamburguesa de la felicidad.
¿Por qué seguir siendo como soy?

jueves, 8 de enero de 2009

Más amigos que se suman por el camino

Zapa.
Santos y María.
Sara.
León.
Vic.
Luís.
Vaca Grasienta, Isla de Man.
Bárbara, Pedraza.
Londres.
 Croacia
Chema.
En el Ace Cafe, Londres.
Andrés.
 JuanDa y JO, Los Escullos, Almería.
Lozoya.
Hace un tiempo publiqué una parte de amigos que he ido conociendo por el camino, hoy me apetece presentaros a otros y a algunas personas con las que me he cruzado y me han hecho sentir bien. Sirvan estas fotos como un pequeño homenaje de agradecimiento a todos. 

lunes, 5 de enero de 2009

LONG WAY HOME (artículo aparecido en el Nº 7 de ChopperOn)

Acelero. No de golpe, si no poco a poco. Suavemente. Sintiendo como el motor libera la pereza y recupera la vivacidad de marcha. Ronronea al principio y se acompasa al poco mientras sonrío al viento y relajo la presión sobre el manillar. La carretera se abre ante mí, amable, anticipando a mi paso árboles orgullosos en su majestuosidad bordeados de flores recién abiertas que saludan a la mañana, casas surgidas de la tierra y lejanas montañas que recortan un cielo azul pintado de nubes blancas de formas caprichosas. El viento me acaricia y en el sonido del big twin se me antoja escuchar compases clásicos del rock’n’roll.
Yo no los veo, pero a mi alrededor se agolpan silenciosos compañeros de viaje. Muchos. Y variados. Puede parecer que estoy solo, pero en modo alguno me siento así. Me acompañan todos y cada uno de los amigos que he conocido en la vida; las mujeres que he amado y han dejado huella indeleble en mi corazón; las personas interesantes con las que me he cruzado; el mito del Ace Cafe, el señor Mark Wilsmore y los rockers que han alimentado su bella historia; todo el rock’n’roll que he escuchado, capitaneado por Elvis, Gene Vincent y Eddie Cochran; mi padre y todos aquellos que he querido y ya sólo puedo ver en el álbum de los recuerdos; Santi herreros, Dunlop y otros héroes de la Isla de Man; Wiltman, Dylan y los poetas malditos… y aún hay más, no necesito mirar atrás para sentir que detrás de mí cabalgan miles de motoristas que un día recorrieron ésta u otras carreteras parecidas. El camino es largo, infinito. Bien, tengo el bagaje necesario y el tiempo suficiente para recorrerlo sin prisa. It’s a long way home. El camino de vuelta a casa. A mi casa. Un camino a ninguna parte. Un pacto conmigo mismo que ocurrió hace mucho, mucho tiempo, cuando al final de una noche mágica los vasos dejaron, al fin, de desafiarse para compartir el sosiego de las risas. Pacta sur servanda. Los pactos deben cumplirse.
Aquí me encuentro, escribiendo estas letras en tinta que bien podría ser sangre. Sangre nueva y eterna. Lágrimas de la vida que surcan las arrugas de la experiencia.
Acelero suavemente. El viento acaricia mi cara. Sonrío. Y, cuando termino, vuelvo a sonreír.

enero 2009