miércoles, 11 de julio de 2007

Relato Breve

Os dejo un relato breve que escribí hace unos años. Es una historia corta pero, creo, llena de contenido. Confío en que os guste y, si no es así, hacédmelo saber.

“UNO ENTRE TANTOS”

(Historia de un ser anónimo)


Nació cuando nadie le esperaba.
Vivió sin nada que merezca la pena reseñar.
Y murió al llegar su hora.

© Octubre 2000

lunes, 9 de julio de 2007

Adiós amigo.


A lo largo de nuestra vida viajamos por la senda, larga y finita, de nuestro destino. Un destino del que nada conocemos y del que, igualmente, ignoramos su final. Conocemos a infinidad de compañeros de viaje y sólamente a algunos pocos les invitamos a unirse en nuestro deambular pagándoles, y aceptando como pago de nuestra amistad, la moneda del afecto. Por supuesto, unos son más crecanos que otros y dentro de los más cercanos, hay personas especiales. Mi tío José Miguel fue esa persona especial en mi vida desde muy temprano. Quienes tuvimos la suerte de conocerlo em profundidad sabemos de su generosidad, de su amor, de su alegría. En los últimos meses, por culpa de una enfermedad que lo tuvo recluído en el hospital, era una sombra de lo que fue. Destrozado por dentro, las huellas de su sufrimiento pronto se hicieron visibles por fuera, pero aún así, sacó fuerzas del ánimo quebrado para bromear, como siempre había hecho. Tres días antes de marcharse en otra dirección me confesaba cuanto echaba de menos montar en moto, una de sus pasiones que me inculcó desde pequeño y que jamás le agradeceré lo suficiente.
Padrino de mis hijos, ellos quedan huérfanos de una persona irrepetible que nunca se cansaba de demostrar su cariño. Y yo... me quedo sin mi mejor amigo. Él me enseñó muchas cosas, me ayudó en un periodo difícil de mi vida, estando cuando todos se fueron. Él me transmitió su amor por Asturias, una tierra a la que nunca traicionó y que llevaba en el corazón siempre que estaba lejos; me invitó a compartir sus sitios favoritos, presumiendo orgulloso de sobrino; me hizo padrino de su único hijo y me regaló sus boleadoras favoritas, aquellas que aprendió a usar con los gauchos en Argentina...
JM se fue sin hacer ruido. Rápidamente y sin estridencias. Simplemente desapareció porque, seguramente, pensó que llevaba demasiado tiempo en el mismo sitio. Y espero que lo hiciese montado en una moto blanca que le lleve al lugar que le pertenece en la eternidad.
A él le quiero dedicar estas palabras, con la certeza de que las estará leyendo, allí donde esté.
Adíos, amigo. Siempre seguirás vivo en mi corazón.

Walk on through the wind, walk on through the rain, tho' your dreams be tossed and blown. Walk on with hope in your heart and you'll never walk alone.