jueves, 9 de febrero de 2012

La SOPA boba


He dudado seriamente sobre si titular este artículo “Bufón de bufones” o “Anonymus”. En el primer caso hubiese hablado de un personaje ególatra, pagado de sí mismo, que se auto corona como ser superior y desprecia a sus semejantes, eso sí, guardándose una pequeña representación en forma de “cla” de sus actuaciones histriónicas. Un imbécil, en suma. Al final comprendí que ya había hablado suficiente de esta clase de cretino en esta sección y tan sólo podría disfrazar con palabras nuevas la escasa consideración que me merece, así que lo descarté. En el segundo, sencillamente pensé que no era el titular adecuado para abordar el grave problema que la libertad de expresión y de información está sufriendo. Leyes como la Sinde, la SOPA americana o el tratado ACTA han aparecido recientemente en nuestras vidas para limitar nuestros movimientos en la Red. No se dejen engañar por el altruista disfraz de proteccionismo hacia los derecho de autor que exhiben como bandera de algunas de estas medidas, esto les importa un comino, excepto los impuestos que puedan derivarse de las transacciones. Como autor y creador estoy expuesto a la apropiación indebida de mis escritos e ideas, pero considero que se pueden establecer reglamentos con sentido destinados a amparar el esfuerzo autoral, alejados de las leyes coercitivas e irracionales que nos van a imponer. La realidad es que Internet es un espacio altamente peligroso para cualquier gobierno porque otorga un foro a las ideas, a los planteamientos divergentes. Gracias a Internet hemos podido conocer las vergüenzas de algunas democracias occidentales, estamos al tanto de las tropelías del gobierno dictatorial cubano, nos han informado de las revueltas en oriente o hemos sido testigos de la enorme violencia policial en nuestro país el verano pasado, por citar algunos casos. Internet es un foro libre donde las personas sin importancia adquieren voz y pueden difundir sus protestas, sus inquietudes, sus discrepancias, y tener un escenario donde plantearlas, sin tener que sufrir la censura que impone la falta de medios o la imposibilidad de acceder a ellos. Esto es lo que realmente les preocupa, que cada uno de nosotros seamos un potencial foco de conflicto y encontremos el eco suficiente para ponerlos en problemas. Es lo que ha ocurrido con Wikileaks, por ejemplo. Descubrió mentiras, trapicheos, procedimientos delictivos y abusos del poder y lo silenciaron. Simplemente. Ahora mismo cualquiera de nosotros es considerado un Wikileaks en potencia para los transgresores de la libertad, aquellos que invocan su nombre para restringir la de todos. La libertad no es gratis y todos deberíamos convertirnos en un anonymous, un anónimo que luche por mantenerla desde su propio perfil online, si no queremos ver como las redes sociales se transforman en una especie de estúpido waka waka, el circo de los romanos. Piénsalo bien, tienes en tus dedos más poder del que crees y como utilizarlo depende exclusivamente de ti. Libertad es una palabra que se escribe con todas y cada una de las teclas del ordenador. Eso o quedarte adormecido a la SOPA boba como les gustaría a los distintos poderes que nos manejan y que ven peligrar el monopolio del mangoneo cada vez que un post es publicado, cada vez que tweet se lanza al mundo, cada vez que una opinión contraria busca su eco en Internet. Aquí está la mía.