lunes, 25 de junio de 2007

Ace Cafe (III)

Esperando a que se ponga verde el semáforo, supongo.
Los auténticos Scorpions de entonces. Pudimos hablar con uno de ellos que sigue igual. Más años y menos pelo, pero el mismo espíritu.
Los chicos de allí. Alguno fue protagonista de la leyenda.
Triumph forever, aunque allí se inventaron La Triton y La Noriel. Los british tienen muy buen gusto en cuanto a las motos y las tradiciones asociadas. El rocker del chaleco resultó muy simpático tras la coraza de rudo.
Dentro del Ace. La cazadora y el casco de Happy atestiguando su presencia. Mods y Rockers le miraban raro. ¿La escarapela tricolor y la ruz de hierro juntas? Happy es un enamorado de la aviación de la I Guerra Mundial. ¿Cómo explicarselo a los lugareños?
La Old Boy de Chema en la mismísima puerta. Pura vida.
Había estado varias veces en Londres, pero nunca con mi moto. Nos dimos un rulo turístico al estilo clásico pero sobre nuestros "cerdos". Un lujazo.
¿Qué se puede decir de esta foto?
Rockers en el Ace Cafe original. El nuevo se ha levantado sobre el mismo sitio, en la North Circular Road.
En el Corner con los rockers. La lluvia impidió que se celebrasen los conciertos con normalidad. Una pena.
Los 4 que fuimos. Chema (Old Boy), Happy (Fat Boy), Javi y yo (Road King).
Chema en un descanso del viaje. Un café a orillas del Atlántico.
Madeira Drive, Brighton. Se juntan Mods y Rockers una vez al año rememorando los tiempos en los que se liaban a trompadas (sí, como en Qadrophenia). El domingo hay dos salidas: una desde el Ace, los Rocker (rodamos junto a cientos de tíos), y otra la de los Mods. Afortunadamente, ahora sólo beben cervezas. Un espectáculo digno de ver... y de disfrutar.
Admirando una Triton auténtica. Nos pasamos el fin de semana babeando.

Ace Cafe (II)

Recién llegados. Lo primero una foto para mandar a los colegas y que se mueran de envida sana.
Con Javier delante del Ace después de unas cuantas cervezas. Aparcamos nuestras motos justo en la puerta, en el sitio reservado a los Ton Up. Tampoco pareció importarles mucho y a nosotros nos apetecía que las Harleys proyagonizaran la fiesta.

jueves, 21 de junio de 2007

ACE CAFE


En el 2004 tuve la oportunidad de cumplir mi sueño de acudir al ACE CAFE, en Londres. Cuatro amigos sobre otras tantas Harleys nos dirigimos ahacia ese mítico lugar repleto de leyendas y mitos para los amantes de las motos y el rock'n'roll. A la vuelta escribí un artículo sobre nuestro viaje que se publicó en la revista Custom Machines. Aún guardo los recuerdos de aquella maravillosa experiencia que iré mostrando en fotos aquí. Poco a poco.

No es la marca, es la moto

A menudo me preguntan por qué me gusta Harley-Davidson. Mi respuesta es siempre la misma: no es que me guste Harley-Davidson, me gustan las Harley-Davidson. Sobre todo la mía, una Road King del 97. Me gustan porque su estética me lleva a una época mítica que no conocí; porque está asociada, al menos en espíritu, al rock'n'roll; porque su sonido inunda la carretera de emociones, sensaciones y libertad. Me gustan las sensaciones que me produce conducir una moto -casi - de la misma forma que se conducía hace sesenta años. No tengo la imagen de mí mismo como un motorista solitario, rudo, que se mueve sin compromisos, libremente, sin destino final, siguiendo el rumbo del viento. No, no es eso. El estereotipo no va conmigo y tampoco necesito disfrazarme para disfrutar de la moto. Es... una comunión íntima entre mi moto y yo, algo parecido a un diálogo entre buenos amigos que no tienen prisa por separarse. O a un buen libro que te atrapa y no te deja terminarlo nunca.

He tenido muchas motos, he leído muchos más libros. Algunos de ellos dejaron su poso, pero hubo uno que me señaló para siempre: Juegos de la edad tardía (Luis Landero). Es un libro que hizo dar un giro a mi vida y compartir las cosas que, hasta entonces, habían permanecido celosamente guardadas en el cajón del olvido. Permanece en mi memoria fiel a sí mismo, recordándome cada día la importancia de ser uno mismo y trasladar los sueños a la realidad cotidiana.
No soy fiel a ninguna editorial, sólo a los libros del mismo modo que no me importa la marca, sólo la moto. Gracias a ella he conocido a muchas personas en el camino y, por fortuna, bastantes de ella permanecen aún a mi lado, igual que los buenos libros, recordándome día a día quien soy.

miércoles, 20 de junio de 2007

Road & Rock

Todos los días un poco de asfalto para olvidar, que hay mucho: la guerra de Irak, la subida de las hipotecas, la política nacional y autonómica, el maltrato... la injusticia, en suma. En cualquier caso la botella sigue estando medio llena, la historia continúa y el segundo siguiente de nuestra próxima vida nos espera. ¡A por él!

When you walk through the storm hold your head up high
And don't be afraid of the dark.
At the end of a storm is a golden sky
And the sweet silver song of a lark.
Walk on through the wind,
Walk on through the rain,
Tho' your dreams be tossed and blown.
Walk on, walk on with hope in your heart
And you'll never walk alone,
You'll never, walk alone.

martes, 19 de junio de 2007

Bienvenidos todos los que piensan...


Hola. Se inicia aquí el kilómetro 0 de un nuevo blog dedicado a compartir inquietudes, pasiones, viajes, curiosidades etc. Las mías son las motos y la literatura. Sin integrismos, todo cabe y puede desarrollarse sin cortapisas.
No sé por qué lo he creado pero... ya es tarde. Se ha puesto en marcha y veremos donde nos lleva.
Como primera acción quiero rendir un homenaje al amigo Juan, gran motorista y mejor persona. Juan dejó su sempiterna sonrisa devorado por un guarda raíl hace algunas semanas. Demasiado pocas para acostumbrarme a su pérdida. Desde estas líneas quiero recordarle a través de un poema de Emily Dickinson.

Si no estuviese viva cuando vuelvan
los petirrojos, al de la encarnada
corbata, en mi memoria,
echádle una migaja.
Y si las gracias no pudiese daros
porque profundanente ya me hubiese dormido,
bien sabréis que lo intento
con labios de granito.

Hasta siempre, querido amigo. Hola, nuevos amigos.