Si nada lo remedia el próximo viernes entra en vigor Madrid Central y, como saben, los vehículos de explosión comenzaremos a ver limitado por decreto municipal nuestra libertad de circulación en lo que se ha dado a llamar la almendra central de la ciudad de Madrid. Infórmense bien porque aunque al principio las sanciones económicas parece que se sustituirán por avisos, antes de que se den cuenta su cartera corre el peligro de ser vaciada por los vampiros municipales deseosos de obtener recursos atípicos que sirvan para mejorar las cuentas. La medida es tan polémica que a la hora de escribir esta crónica el grupo del PSOE en el ayuntamiento ha pedido su retirada porque dicen que no cuenta con el consenso suficiente y adolece de falta de diálogo con los colectivos afectados, entre los que, por cierto, no incluyen a los motoristas. ¡Ya le vale a los concejales del PSOE! Han tenido meses para pronunciarse y exigir al equipo de Carmena mayor espíritu democrático en su actitud de gobierno y es ahora, a escasos días, cuando se dan cuenta de que la medida puede causarles un daño electoral de difícil cuantificación.
Este fin de semana también tienen su oportunidad de hacerse escuchar los motoristas de Barcelona que han convocado una manifestación para protestar por las medidas coercitivas de Colau, otra adalid de la democracia que gobierna con puño de hierro la ciudad condal. La persecución contra los motoristas es un hecho y sólo nosotros podemos luchar por nuestros derechos. Nadie va a ayudarnos porque no se caracteriza nuestro país por ser solidario con las causas ajenas. Mientras en Francia las calles están ardiendo contra el impuesto del gobierno sobre los carburantes aquí está por ver que se alce con fuerza una voz para llamar a la insurrección. No estoy abogando por la violencia, entiéndame bien, sino por una actitud firme y decidida contra las imposiciones dictatoriales, vengan de donde vengan.
Veremos si la protesta de los compañeros catalanes consigue hacerse escuchar con la fuerza de sus motores y la convicción de la justicia. Será una prueba de fuego y un aviso para los motoristas de Madrid porque, recuerden, tenemos una cita para protestar el domingo 16 de diciembre.