sábado, 20 de diciembre de 2014

MEMORIA DE UN OLVIDO.

















En un cajón de tu alcoba
reposan mis pensamientos,
pequeños trozos de memoria.
Inútil despojo, vano intento
de ser una vez amo y lacayo,
patrón de corazones lastimeros.

Sentado en el hogar de tu cocina,
liando un cigarrillo sin deseo,
París en la memoria de aquel día
parece más lejano que un invierno
sin castañas en el fuego, ni en el árbol
luces que se alumbran como un juego.

Pon al fuego la cazuela.
Miraremos la despensa,
algo echaremos.

Y así pasa la tarde…
Y así me quedo.
Pasa el tiempo y tengo hambre.

                              (fernando cueto)


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