Leo
en El País de hoy que una mujer ha
estado al borde de la muerte por una pelota de goma disparada por un policía
durante la manifestación de los mineros en Madrid el año pasado. La mujer, Consolación
Baudín de la Lastra, jurista de 54 años, pasó 45 días en la UCI, con su vida en
situación grave por la actuación alevosa de una persona que la disparó amparada
en su uniforme, su placa y, lo que es aún más grave, la patente de corso que el
Gobierno otorga a los agentes de la autoridad. El relato que hace del momento
es escalofriante. “Me movió el instinto. Vi una escopeta y sabía que me iban a
disparar y así fue. No fue un accidente. La policía tiró a dar…”. No se puede
exponer más claro.
Como relata la noticia de
El País “El caso de Chelo no consta en ningún sitio. Oficialmente no existe. El
Ministerio del Interior sostiene de forma pertinaz que aquel 11 de julio de
2012 no hubo heridos graves en los enfrentamientos entre la policía y los
manifestantes, ni le consta que hubiera algún lesionado por un pelotazo de los
antidisturbios.” Además, un juez ha archivado la causa al no poder identificar
al policía autor de los hechos. Patente de corso, como he dicho. Deben saber
que la declaración de un agente de la autoridad tiene más valor que la suya
debido a que el agente pertenece a un Cuerpo del Estado y usted no. Eso rompe
claramente con la declaración de igualdad que debería entenderse como
consustancial a un sistema democrático. No es así, no se engañen.
Se lleva tiempo, mucho
tiempo, reclamando que los agentes antidisturbios porten un número
identificador que les permita ser localizados y, si procede, hacerse
responsables de sus actos. Son ya muchas las evidencias de violencia policial
como para seguir permaneciendo sordos a las quejas de los ciudadanos, los auténticos dueños de una
Democracia de la que se han apropiado en exclusiva los poderes políticos. Los
vídeos circulan libremente mostrando patadas, puñetazos y agresiones con porras
ante ciudadanos indefensos. Hasta el jefe de los Mossos de Barcelona quedó
señalado por mentiroso en la entrevista que el programa Salvados le hizo. Las
imágenes dejaron en evidencia su rotunda afirmación de que la policía sólo
hacía uso de sus defensas en último caso y siempre respetando el cuerpo humano
de cintura para arriba.
La justificación más
frecuente que escucho para sostener la contundencia policial suele ser que
grupos violentos atacaron a los agentes. Pues les voy a decir una cosa… o mejor
varias. Jamás he visto la imagen de un policía agrediendo a un violento, más
bien la emprenden a golpes contra ciudadanos tranquilos y a menudo inocentes
(consulten los vídeo en YouTube si no me creen). Hay demasiadas pruebas
visuales demostrando que en muchas ocasiones quienes empiezan la revuelta
violenta son agentes camuflados ( otra vez YouTube). Amnistía Internacional ha
hecho público un informe donde recoge y documenta centenares de casos de
violencia policial, aunque el Gobierno sigue mirando al cielo en lugar de
centrarse en lo que ocurre en la tierra. Los móviles han facultado que los
ciudadanos nos convirtamos en testigos inmediatos de lo que ocurre a nuestro
alrededor y las redes sociales han otorgado eco a las denuncias visuales. Ya no
hay palabra contra palabra, hay imagen que descubre la mentira. Para terminar,
una sencilla reflexión: si lo que produce la ira de la policía es la actuación de
los violentos, ¿no debería quedar justificada la rabia ciudadana por la
desmedida violencia policial? Al fin y al cabo, es lo justo y si se instala el
ojo por ojo mal vamos. Pero que muy mal.
La policía es ETA. O al menos les intentan imitar.
ResponderEliminarQue interesante!!
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