Lost in the moment the
day that the music stopped/ and I do remember you.
Drawing patterns with a
cork on the tablecloth./ Promising volcanic change of Plot./ Where does this
leave us?/ I'm scared of the storm./
The outsiders are
gathering, a new day is born.
Los accidentes de tráfico ya no son la
principal causa de mortalidad en nuestro país por razones que no son de
enfermedad; ahora son los suicidios. Primer hecho objetivo. El número de
parados en España (Encuesta de Población Activa del primer trimestre del año)
asciende a 6.202.700 personas.
Segundo hecho objetivo. Nuestra economía
continúa inmersa en la recesión y, según el Banco de España, se ha contraído un
2% frente al año anterior. Tercer hecho objetivo que demuestra la realidad de
un país que viaja al albur de unos incapaces de gobernar el timón de una
–nuestra- nave a la deriva, azotada por los vientos de la desconfianza y la
ignorancia más elemental. Nada en el horizonte permite vislumbrar la esperanza
de una vida normal, tal y como era antes de que el dinero dictase su propia ley
y transformase nuestra sociedad en un pelele miedoso y raquítico de
convicciones. Lanzamos la paloma de la voluntad popular con la creencia de que
nos trajese en el pico la sabiduría y la solidaridad. La paloma jamás regresó,
quizá devorada por los buitres de la sinrazón. Leer el periódico, escuchar la
radio o la TV, estar informado, en suma, supone el alimento perfecto para
engrosar las cifras del primer hecho aquí comentado. No sé a ustedes, pero a mí
el aumento de los suicidios me pone los pelos de punta y, aunque supongo que no
todos se deben a la dramática situación económica, no dejo de pensar en
aquellos que no tuvieron otro camino que terminar con su vida, incapaces de
aguantar la vergüenza de seguir viviendo.
A man walks away when
every muscle says to stay./ How many yesterdays?/ They each weigh heavy./ Who
says what changes may come?
Who says what we call
home?I know you see right through me,/ my luminescence fades./ The dusk
provides an antidote,/ I am not afraid.
I've been a million
times in my mind./This is really just a technicality, frailty, reality
Crecí educado en la idea de que la patria suponía un ente
superior cuya principal misión era proteger al individuo y garantizar su
derecho a una vida digna, con todo lo que eso conlleva. Por desgracia, muchos
años después he salido del engaño con la realidad marcada a bofetadas sobre la
piel. Y duele.
Un país no es nada si un solo individuo es sometido a la
injusticia sin que esta se repare; una bandera, la nuestra, la misma que
enarbolamos orgullosos de los éxitos deportivos, se convierte en un simple
trapo que apenas sirve para enjugar las lágrimas que provoca el abandono; la
idea de pertenencia a una nación – “¡Yo
soy español, español, español!”- tiene un significado vacío de contenido
cuando la desigualdad se favorece y las instituciones se derrumban por la
corrupción y la mediocridad intelectual. ¡Qué lejos queda aquella sentencia
patriótica que proclamaba que en ningún país del mundo se vivía como en España!
Pues bien, yo rezo cada día para que mis hijos abandonen esta tierra labrada
con el germen de la maldad
Uh, it's time to
breathe, time to relieve./ Let it go and run towards the sea./
They don't teach that,
they don't know what you mean./ They don't understand, they don't know what you
mean./ They don't get it, I wanna scream./ I wanna
breathe again, I wanna
dream./ I wanna float a quote from Martin Luther King./
I am not afraid… I am
not afraid… I am not afraid
Y en los que nos toca de cerca, y de modo muy particular,
un país que condena al olvido a miles de sus ciudadanos y los entrega a la
muerte o, en el mejor de los casos, a la mutilación de los guardarraíles por
practicar una pasión que ingresa pingües beneficios a las arcas que deberían
ser de todos, no merece la pena. Este es también un hecho objetivo. Y es
irrefutable.
Sí sí
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