Un cuaderno de viaje por la ruta de la vida con la única pretensión de compartir lo que pienso, lo que me gusta, lo que me ocurre, lo que siento... Aprender cada día algo con los ojos bien abiertos.
martes, 28 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
LOS HOMBRES DE AZUL
Leo
en El País de hoy que una mujer ha
estado al borde de la muerte por una pelota de goma disparada por un policía
durante la manifestación de los mineros en Madrid el año pasado. La mujer, Consolación
Baudín de la Lastra, jurista de 54 años, pasó 45 días en la UCI, con su vida en
situación grave por la actuación alevosa de una persona que la disparó amparada
en su uniforme, su placa y, lo que es aún más grave, la patente de corso que el
Gobierno otorga a los agentes de la autoridad. El relato que hace del momento
es escalofriante. “Me movió el instinto. Vi una escopeta y sabía que me iban a
disparar y así fue. No fue un accidente. La policía tiró a dar…”. No se puede
exponer más claro.
Como relata la noticia de
El País “El caso de Chelo no consta en ningún sitio. Oficialmente no existe. El
Ministerio del Interior sostiene de forma pertinaz que aquel 11 de julio de
2012 no hubo heridos graves en los enfrentamientos entre la policía y los
manifestantes, ni le consta que hubiera algún lesionado por un pelotazo de los
antidisturbios.” Además, un juez ha archivado la causa al no poder identificar
al policía autor de los hechos. Patente de corso, como he dicho. Deben saber
que la declaración de un agente de la autoridad tiene más valor que la suya
debido a que el agente pertenece a un Cuerpo del Estado y usted no. Eso rompe
claramente con la declaración de igualdad que debería entenderse como
consustancial a un sistema democrático. No es así, no se engañen.
Se lleva tiempo, mucho
tiempo, reclamando que los agentes antidisturbios porten un número
identificador que les permita ser localizados y, si procede, hacerse
responsables de sus actos. Son ya muchas las evidencias de violencia policial
como para seguir permaneciendo sordos a las quejas de los ciudadanos, los auténticos dueños de una
Democracia de la que se han apropiado en exclusiva los poderes políticos. Los
vídeos circulan libremente mostrando patadas, puñetazos y agresiones con porras
ante ciudadanos indefensos. Hasta el jefe de los Mossos de Barcelona quedó
señalado por mentiroso en la entrevista que el programa Salvados le hizo. Las
imágenes dejaron en evidencia su rotunda afirmación de que la policía sólo
hacía uso de sus defensas en último caso y siempre respetando el cuerpo humano
de cintura para arriba.
La justificación más
frecuente que escucho para sostener la contundencia policial suele ser que
grupos violentos atacaron a los agentes. Pues les voy a decir una cosa… o mejor
varias. Jamás he visto la imagen de un policía agrediendo a un violento, más
bien la emprenden a golpes contra ciudadanos tranquilos y a menudo inocentes
(consulten los vídeo en YouTube si no me creen). Hay demasiadas pruebas
visuales demostrando que en muchas ocasiones quienes empiezan la revuelta
violenta son agentes camuflados ( otra vez YouTube). Amnistía Internacional ha
hecho público un informe donde recoge y documenta centenares de casos de
violencia policial, aunque el Gobierno sigue mirando al cielo en lugar de
centrarse en lo que ocurre en la tierra. Los móviles han facultado que los
ciudadanos nos convirtamos en testigos inmediatos de lo que ocurre a nuestro
alrededor y las redes sociales han otorgado eco a las denuncias visuales. Ya no
hay palabra contra palabra, hay imagen que descubre la mentira. Para terminar,
una sencilla reflexión: si lo que produce la ira de la policía es la actuación de
los violentos, ¿no debería quedar justificada la rabia ciudadana por la
desmedida violencia policial? Al fin y al cabo, es lo justo y si se instala el
ojo por ojo mal vamos. Pero que muy mal.
martes, 7 de mayo de 2013
HECHOS OBJETIVOS (artículo para ChopperOn, mayo 2013)
Lost in the moment the
day that the music stopped/ and I do remember you.
Drawing patterns with a
cork on the tablecloth./ Promising volcanic change of Plot./ Where does this
leave us?/ I'm scared of the storm./
The outsiders are
gathering, a new day is born.
Los accidentes de tráfico ya no son la
principal causa de mortalidad en nuestro país por razones que no son de
enfermedad; ahora son los suicidios. Primer hecho objetivo. El número de
parados en España (Encuesta de Población Activa del primer trimestre del año)
asciende a 6.202.700 personas.
Segundo hecho objetivo. Nuestra economía
continúa inmersa en la recesión y, según el Banco de España, se ha contraído un
2% frente al año anterior. Tercer hecho objetivo que demuestra la realidad de
un país que viaja al albur de unos incapaces de gobernar el timón de una
–nuestra- nave a la deriva, azotada por los vientos de la desconfianza y la
ignorancia más elemental. Nada en el horizonte permite vislumbrar la esperanza
de una vida normal, tal y como era antes de que el dinero dictase su propia ley
y transformase nuestra sociedad en un pelele miedoso y raquítico de
convicciones. Lanzamos la paloma de la voluntad popular con la creencia de que
nos trajese en el pico la sabiduría y la solidaridad. La paloma jamás regresó,
quizá devorada por los buitres de la sinrazón. Leer el periódico, escuchar la
radio o la TV, estar informado, en suma, supone el alimento perfecto para
engrosar las cifras del primer hecho aquí comentado. No sé a ustedes, pero a mí
el aumento de los suicidios me pone los pelos de punta y, aunque supongo que no
todos se deben a la dramática situación económica, no dejo de pensar en
aquellos que no tuvieron otro camino que terminar con su vida, incapaces de
aguantar la vergüenza de seguir viviendo.
A man walks away when
every muscle says to stay./ How many yesterdays?/ They each weigh heavy./ Who
says what changes may come?
Who says what we call
home?I know you see right through me,/ my luminescence fades./ The dusk
provides an antidote,/ I am not afraid.
I've been a million
times in my mind./This is really just a technicality, frailty, reality
Crecí educado en la idea de que la patria suponía un ente
superior cuya principal misión era proteger al individuo y garantizar su
derecho a una vida digna, con todo lo que eso conlleva. Por desgracia, muchos
años después he salido del engaño con la realidad marcada a bofetadas sobre la
piel. Y duele.
Un país no es nada si un solo individuo es sometido a la
injusticia sin que esta se repare; una bandera, la nuestra, la misma que
enarbolamos orgullosos de los éxitos deportivos, se convierte en un simple
trapo que apenas sirve para enjugar las lágrimas que provoca el abandono; la
idea de pertenencia a una nación – “¡Yo
soy español, español, español!”- tiene un significado vacío de contenido
cuando la desigualdad se favorece y las instituciones se derrumban por la
corrupción y la mediocridad intelectual. ¡Qué lejos queda aquella sentencia
patriótica que proclamaba que en ningún país del mundo se vivía como en España!
Pues bien, yo rezo cada día para que mis hijos abandonen esta tierra labrada
con el germen de la maldad
Uh, it's time to
breathe, time to relieve./ Let it go and run towards the sea./
They don't teach that,
they don't know what you mean./ They don't understand, they don't know what you
mean./ They don't get it, I wanna scream./ I wanna
breathe again, I wanna
dream./ I wanna float a quote from Martin Luther King./
I am not afraid… I am
not afraid… I am not afraid
Y en los que nos toca de cerca, y de modo muy particular,
un país que condena al olvido a miles de sus ciudadanos y los entrega a la
muerte o, en el mejor de los casos, a la mutilación de los guardarraíles por
practicar una pasión que ingresa pingües beneficios a las arcas que deberían
ser de todos, no merece la pena. Este es también un hecho objetivo. Y es
irrefutable.
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