No
es poca la incertidumbre que se ha ido construyendo a través del último año en
este país, que una vez se llamó por consenso España. Todos llevamos sufriendo
en nuestras carnes la penosa situación de un sistema degradado que ha exhibido su enorme fragilidad sobre
nuestros bolsillos. La confianza en cualquier esperanza de una solución se
esfumó tras el quincuagésimo revés económico que nos sacudió el día en que se
anunció la subida del IVA, con fecha para el cumplimiento de la sentencia: el 1
de septiembre. Sin pretender ser cenizo, ya no queda nada en que creer, ni
nadie para intentarlo. Ayer mismo me llamó un amigo para decirme que lo habían
despedido unos minutos antes -¡malditos ERES!- a través de una carta impersonal
tras muchos años en la empresa; las noticias preocupantes corren como la
pólvora por la red, como aquella que avisa de que muchas familias no van a ser
capaces de afrontar el gasto escolar en libros o la realidad de que muchos
universitarios no serán capaces de costear las matrículas de todas las
asignaturas, tal ha sido la abusiva subida de las tasas que el gobierno ha
decidido en busca de que la enseñanza sea lo selectiva que ellos quieren; hoy mismo
he escuchado en la radio que llenar el depósito de un coche medio es 10€ más
caro que hace un año, lo que en términos porcentuales debería ser de guillotina
para nuestros gobernantes. Demasiados motivos para el pesimismo, cierto, pero
hoy quiero centrarme en algo que nos incumbe a los amantes del custom y que
para mí supone un motivo de sonrisa. Quedan pocos días para que comience la
concentración Harley-Davidson del HDC Big Twin de Castellón, un excelente
motivo para retrasar las penas un fin de semana. Quien conoce Castellón sabe
que es un territorio lleno de oportunidades para el motorista. Rutas
espectaculares, un arroz de primera, carajillos como no los hacen en ningún
otro sitio, gente amable, mar y kilómetros de buenas playas para disfrutar. La
concentración ofrece todo eso además de la oportunidad de recrearse la vista
con magníficas motos, escuchar conciertos en vivo y conocer gente de primera
por el módico precio de 10€ la entrada,
IVA incluido. Es justo reconocer que el Big Twin ha realizado un gran esfuerzo
para ajustar el precio a la situación actual para que nadie se quede sin poder
asistir al que sin duda es el evento Harley-Davidson no oficial más grande de
nuestro país. Sí, la gasolina, las cervezas y la comida están un poco más caras
ahora pero veamos el lado positivo de la vida: ¿qué son 10€ para disfrutar a tope
de un fin de semana con lo que más nos gusta? El jueves estaré allí junto a
otros miembros de la tripulación de Castellón para reencontrarme con gente a la
que aprecio y a la que sólo veo una vez al año y echar una mano en la
materialización del Bike Show, cuya organización hace algunos años que es
responsabilidad de esta revista. El número de asistentes es una incógnita en
estos momentos, pero si me admiten un consejo, insisto, 10€ es un precio muy
barato para combatir la depresión que nos avecina. ¿Es una solución? Por
supuesto que no, pero por unos días la podredumbre que nos azota habrá perdido
la batalla. Si alguno va y desea compartir una cerveza con un rato de charla,
que pregunte por mí en el stand de ChopperOn o simplemente que busque una Road
King azul claro con la leyenda que da nombre a mi firma: Honor Vincit.
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