Hasta Valencia... ¡y más allá!
El casco es horroroso, lo sé.
Ángel en ruta. menudo mosqueo me cogí al ver su moto. Esta decisión de Miwaukee de sacar la Road King en amarillo fue la razón de que la mía mutase a azul. ¡Maldita marca!
Don Javier de las calzas verdes.
Como iba de invitado le dejé la cámara y nos hizo unas fotos muy guapas. Sobre ésta dijo que parecíamos las Harleys parchís. Tuvo gracia, la verdad. Y también razón.
Se acabó Mahou, bienvenido Nacho Seur. Atentos al casco que llevaba.
¡Ah, claro! Nacho iba... ¡de PAQUETE, man!
Llegó la hora de volver y dejar aquella maravilla de sitio. Éramos cinco y sólo había cuatro motos, ¿cómo podía ser?
Yo en mi línea, estoico.
Ángel estuvo a punto de meterle el puro por todo lo negro de lo plasta que era.
Esta preciosidad nos tuvo locos toda la comida. Aunque más nos tuvo el tío que no aparece en la foto y que estuvo rajando sin parar.
A Nacho se le veía feliz con una Mahou.
Javier, Ángel y Juan tras varias cervezas.
Javier y yo hicimos una sangría con la Sangría.
Nos fuimos a comer un arroz a El Saler y esto es lo que dejamos.
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