Un cuaderno de viaje por la ruta de la vida con la única pretensión de compartir lo que pienso, lo que me gusta, lo que me ocurre, lo que siento... Aprender cada día algo con los ojos bien abiertos.
miércoles, 11 de mayo de 2011
San Wich: Un amoto club en San Wich.
San Wich: Un amoto club en San Wich.: "Una nueva y nutrida visita del heterogéneo y polifacético amotoclub “La Vaca Grasienta” a San Wich. Nos halaga la visita de este ínclito ..."
viernes, 6 de mayo de 2011
LO QUE QUEDA DEL DÍA (artículo para ChopperOn,Mayo 2011)
Me viene bien el título de una novela, más tarde reconvertida en película, para hilar el argumento de un artículo que bien podría abordar el pesimismo que la nueva Encuesta Sobre Población Activa nos ha dejado: nada menos que cinco millones de parados con la posibilidad incierta de no conseguir un trabajo en mucho, mucho tiempo. Pero no, hoy he decidido resistir la tentación de la miseria anímica para perdéis por otros derroteros hace unos números olvidados.
En estas horas que quedan para finalizar la jornada uno hace recuento de lo que ha vivido, experimentado, durante el día o los anteriores. No se trata de ser riguroso con los acontecimientos, no, más bien de quedarse con algo que parezca que puede aportar una sonrisa. Normalmente no ocurre porque el pasar diario queda exento de cosas reseñables, las más de las veces, pero nunca está de más intentarlo. Hoy ha sucedido una conversación que ha dejado un poso en mi recuerdo. Resulta que estaba yo fumando un cigarrillo, un tanto alejado de mi moto, cuando dos pijoapartes han pasado delante de ella y deteniéndose un momento no sólo la han puesto a parir, sino que enfocaron su desprecio hacia el dueño de aquel engendro, o sea yo, añadiendo para finalizar el deseo de que no se dejara salir a la carretera aquella aberración ni a ninguna de la misma calaña. Durante unos segundos se abrió un profundo debate en mi interior sobre si debía hacerlos pasar un mal rato por sus comentarios sobre La Bonita (y sobre mí). Finalmente, por suerte, ganó la prudencia, así que terminé mi cigarro tranquilo, pero me quedé pensando sobre su actitud. Me refiero al integrismo, ese cáncer que la humanidad arrastra desde el principio de su historia porque está insertado en el ADN de su existencia. Por eso, en este momento me viene a la cabeza la iniciativa de Luismi, buen amigo y alma mater de La Cabeza Motorcycles, de abrir un bar a la vuelta de la plaza de toros de Alcalá de Henares, bautizado precisamente así, A LA VUELTA, abierto a todo tipo de motoristas (y por supuesto a quienes no lo son). " Me gustaría atraer, no sólo al mundo custom, también a las ERRES. A mí me gustan las motos, todas las motos, y quiero que este sea un espacio abierto a todos", me dijo. Estas palabras las firma el dueño de uno de los talleres dedicados a las Harley- Davidson más reputados de la capital de España y yo las hago mías. Suponen una declaración de convivencia que debería ser lo normal. Al fin y al cabo todos vamos sobre dos ruedas y lo que nos diferencia es el tipo de moto y de cultura de la carretera que nos gusta. Lo mismo que me dijo Luismi podemos verlo fuera de nuestras fronteras, como por ejemplo en uno de los bares de motoristas más famosos del mundo, el Ace Cafe de Londres. Allí puedes ver todo tipo de motos, pero sobre todo racing. La explicación es sencilla. En los tiempos que este bar de carretera, parada de camioneros y viajeros en general, y que los motoristas ingleses tomaron como referencia más tarde, comenzó a cimentar su fama, los british bikers buscaban ir lo más rápido posible y con ese espíritu preparaban sus monturas. En aquel entonces accedían a las motos que podían conseguir, eminentemente británicas, pero hoy montarían suzukis, yamahas, hondas, alguna Ducati y la nueva hornada de balas Triumph. ¿Por qué? Porque son las más rápidas, sencillamente. La leyenda TON UP tiene todo que ver con eso. Allí a las harleys nos hacen muy poco caso, la verdad. No es lo suyo, pero nos acogen con la afabilidad de un motorista, como debe ser. A nosotros, los españoles, nos queda bastante camino que recorrer en cuanto al respeto hacia las dos ruedas diferentes. Mi grupo de motos, Vaca Grasienta, es un ejemplo de eso. En él convivimos bastantes harleys con varias Triumph, algunas BMW, un par de Ducati y una Honda CBR 600. Nos unen las dos ruedas y la amistad surgida de los muchos kilómetros juntos en viajes como, por ejemplo, a la Isla de Man. Quizá por eso nos gustan los bares como A LA VUELTA, porque respira nuestra forma de ser, nuestra forma de pensar y de actuar entre nosotros y con los demás: siempre con respeto. Saludos a todos, sea cual sea la moto que llevéis.
En estas horas que quedan para finalizar la jornada uno hace recuento de lo que ha vivido, experimentado, durante el día o los anteriores. No se trata de ser riguroso con los acontecimientos, no, más bien de quedarse con algo que parezca que puede aportar una sonrisa. Normalmente no ocurre porque el pasar diario queda exento de cosas reseñables, las más de las veces, pero nunca está de más intentarlo. Hoy ha sucedido una conversación que ha dejado un poso en mi recuerdo. Resulta que estaba yo fumando un cigarrillo, un tanto alejado de mi moto, cuando dos pijoapartes han pasado delante de ella y deteniéndose un momento no sólo la han puesto a parir, sino que enfocaron su desprecio hacia el dueño de aquel engendro, o sea yo, añadiendo para finalizar el deseo de que no se dejara salir a la carretera aquella aberración ni a ninguna de la misma calaña. Durante unos segundos se abrió un profundo debate en mi interior sobre si debía hacerlos pasar un mal rato por sus comentarios sobre La Bonita (y sobre mí). Finalmente, por suerte, ganó la prudencia, así que terminé mi cigarro tranquilo, pero me quedé pensando sobre su actitud. Me refiero al integrismo, ese cáncer que la humanidad arrastra desde el principio de su historia porque está insertado en el ADN de su existencia. Por eso, en este momento me viene a la cabeza la iniciativa de Luismi, buen amigo y alma mater de La Cabeza Motorcycles, de abrir un bar a la vuelta de la plaza de toros de Alcalá de Henares, bautizado precisamente así, A LA VUELTA, abierto a todo tipo de motoristas (y por supuesto a quienes no lo son). " Me gustaría atraer, no sólo al mundo custom, también a las ERRES. A mí me gustan las motos, todas las motos, y quiero que este sea un espacio abierto a todos", me dijo. Estas palabras las firma el dueño de uno de los talleres dedicados a las Harley- Davidson más reputados de la capital de España y yo las hago mías. Suponen una declaración de convivencia que debería ser lo normal. Al fin y al cabo todos vamos sobre dos ruedas y lo que nos diferencia es el tipo de moto y de cultura de la carretera que nos gusta. Lo mismo que me dijo Luismi podemos verlo fuera de nuestras fronteras, como por ejemplo en uno de los bares de motoristas más famosos del mundo, el Ace Cafe de Londres. Allí puedes ver todo tipo de motos, pero sobre todo racing. La explicación es sencilla. En los tiempos que este bar de carretera, parada de camioneros y viajeros en general, y que los motoristas ingleses tomaron como referencia más tarde, comenzó a cimentar su fama, los british bikers buscaban ir lo más rápido posible y con ese espíritu preparaban sus monturas. En aquel entonces accedían a las motos que podían conseguir, eminentemente británicas, pero hoy montarían suzukis, yamahas, hondas, alguna Ducati y la nueva hornada de balas Triumph. ¿Por qué? Porque son las más rápidas, sencillamente. La leyenda TON UP tiene todo que ver con eso. Allí a las harleys nos hacen muy poco caso, la verdad. No es lo suyo, pero nos acogen con la afabilidad de un motorista, como debe ser. A nosotros, los españoles, nos queda bastante camino que recorrer en cuanto al respeto hacia las dos ruedas diferentes. Mi grupo de motos, Vaca Grasienta, es un ejemplo de eso. En él convivimos bastantes harleys con varias Triumph, algunas BMW, un par de Ducati y una Honda CBR 600. Nos unen las dos ruedas y la amistad surgida de los muchos kilómetros juntos en viajes como, por ejemplo, a la Isla de Man. Quizá por eso nos gustan los bares como A LA VUELTA, porque respira nuestra forma de ser, nuestra forma de pensar y de actuar entre nosotros y con los demás: siempre con respeto. Saludos a todos, sea cual sea la moto que llevéis.
lunes, 4 de abril de 2011
¿QUÉ HAY DE NUEVO… Y DE BUENO? (artículo escrito para el número de marzo 2011 de ChopperOn.es)
Ya es primavera, aunque lo diga El Corte Inglés. Se ha adelantado una hora el reloj y disfrutamos de más horas de luz. Los cielos parecen más amables y se diría que quieren participar de una nueva alegría. Muchas personas renuevan sus propósitos de mejora y hasta La Bonita se está sometiendo a una operación – de las de verdad - de adelgazamiento para rejuvenecerse. Visto así la cosa pinta bien, pero no nos engañemos, nada ha cambiado mucho desde la última vez que nos vimos y se sigue utilizando la anécdota para elevarla a categoría de lo que sea menester en la brevedad del momento. Algo así ocurre con el nuevo Manual de Reformas de Vehículos que nos tiene en pie de guerra estas últimas semanas. Nadie parece saber mucho sobre él, las opiniones son diversas y no contribuyen a clarificar la situación, pero nos tiene a los motoristas revolucionados y con los testículos tan contraídos que cuesta encontrarlos. El que suscribe, al menos, no sabe donde posicionarse en este tema, no en cuanto a la transformación de la testiculina, en ese caso preciso estoy con los demás. Como decía, tras años de meditación he decidido someter a La Bonita, una preciosa Road King del 97, a una operación de adelgazamiento. Poca cosa, quitar maletas, eliminar soportes, redefinir los escapes en dos en uno y cambiar el manillar por un cuelgamonos (apehunger para los puristas). Craso error en el peor momento posible. Desde entonces vivo tan acongojado como Manu Chao tocando en un festival de la DEA. Las dudas me asaltan a cada momento. No sé si me van a crujir los comisarios políticos de la ITV o si el Gobierno me marcará a fuego la palabra revoltoso en la frente. Por un lado me dicen que homologar un manillar rondará los mil leuros de vellón, cifra que ha hecho que mis dos testigos cojonciales hayan desaparecido literalmente, pasando de ser macho alfa a algo irreproducible en estas líneas. Por otro, el amigo Luís cuelga en Facebook que el manual no afectará a las motos. ¡Buuuf! Respiro aliviado. El niño de Olavide argumenta que hay que reposar un manual que no está nada claro y hay que comprenderlo antes de lanzar nuestra rabia en operaciones fútiles que nada de bueno arrojan sobre la causa. Un nuevo palmetazo de optimismo me reconforta. Echo de menos una verdadera dirección del problema en cuanto al colectivo. Una vez más clamo desde aquí a la unión de la gente de las dos ruedas para intentar solucionar un enigma que me tiene en vilo desde que comenzó. No tengo edad para ser proscrito, ni ganas, esa es la verdad, y me gustaría cumplir con la Ley en la medida de lo posible pero sin que eso signifique someterme al dictado caprichoso de la suerte de quien me toque en la ITV. ¿Es mucho pedir que se aclare la normativa? Visto desde una suficiente ignorancia parece una situación de monopolio de las distintas marcas, ya que no se podrá instalar nada que no venga de ellas. Si esto es cierto ¿es justo que se fomente la tiranía del monopolio en contra de la libertad de los usuarios? No entiendo nada de lo que se hace y mucho menos el por qué de la medida, tal y como se está comentando en los mentideros. ¿Será La Bonita una moto proscrita cuando termine su cura? Dios mío, esto es un sin vivir. No duermo tranquilo. Que alguien me saque de dudas cuanto antes… o corro el riesgo de convertirme en un SAMCRO cualquiera. Mientras tanto, lo más prudente será dejar lo del manillar para otra ocasión y aferrarme al mío con la intención de seguir incordiando al Sr. Navarro a base de no tener un accidente en la moto. Aunque no lo crean le jode bastante.
jueves, 3 de marzo de 2011
Prohibido pensar, prohibido opinar, prohibido... ¿vivir? (artículo para el número de marzo de ChopperOn.es)
En estos días se me ha ocurrido pensar que llevamos más prohibiciones o intentos de autoritarismo en los últimos cuatro años que en todos los anteriores de democracia. El Ejecutivo ha puesto en marcha tantos disparates en su legislatura que se hace difícil llevar la cuenta. Primero fue - ¿se acuerdan?- el famoso Canon Digital que Europa se encargó de echar por tierra, pero a partir de ahí se han ido sucediendo desatinos que nos han ido llevando por la calle de la amargura. Por resumir, y no tener que ocupar unas cuantas páginas de esta revista, señalaré solo los últimos que este país (sí, he escrito país) no tiene memoria y hace falta recordar las cosas de vez en cuando. Entre los más recientes se encuentra la Ley Sinde, un proyecto despótico elaborado por una insulsa ministra que no tiene otra cosa en qué pensar, excepto en limitar la libertad de sus conciudadanos, incluyendo el apartado por el cual su augusto ministerio podría cerrar cualquier página web sospechosa de infringir la Ley sin el preceptivo paso por el juzgado, corregido in extremis por el desastre de la primera votación, no por la debida rectificación de su autora. No me extraña, ya hace años un compañero suyo de partido sacó a la calle otro despropósito, conocido como la Ley Corcuera, que otorgaba poderes casi omnímodos a la policía para entrar en cualquier casa sin tener que pasar por el engorroso trámite de llamar a la puerta.
Ahora ha llegado la Ley Anti- Tabaco, otro modelo castrista, un modelo de convivencia que a algunos del gobierno les gusta más, que atenta contra las libertades ciudadanas, a pesar de que el cinismo del presidente ZP le haga decir que "no es prohibitiva, sino preventiva". Ellos quieren que dejemos de fumar, incluso en contra de nuestra libertad de decidir, y para ello lo han prohibido en todos los espacios públicos cerrados, aunque al tiempo han aumentado los lugares, igualmente públicos, donde se puede comprar tabaco, como las gasolineras, por ejemplo. Esto sí que es un modelo de coherencia y mejor gestión de la salud pública. Una Ley, por cierto, que los mentirosos argumentan que es una realidad en los países punteros de Europa. Pues bien, los únicos países que mantienen una ley tan restrictiva en cuanto al tabaco son Irlanda, Grecia, Portugal e Italia, todos ellos locomotoras económicas y de desarrollo. Esta falsedad debería por sí sola sentarles en el banquillo del escarnio y la deshonra, pero ya he dicho que este país (uuups! He vuelto a escribirlo) no tiene memoria.
En el primer mes de enero hemos sufrido en nuestros bolsillos una subida arbitraria de los precios de la luz, el gas y la gasolina, amparados de nuevo con la necesidad de equipararnos a los países europeos. Y yo me pregunto ¿cuándo van a empezar a equipararnos en derechos y no sólo en deberes? Porque mis cuentas reflejan un amplio déficit entre lo que recibimos y lo que pagamos a papá estado (y mamá, no se me enfaden los guardianes y las guardianas del lenguaje sexista). Y mis huesos crujen gracias a los baches que atormentan cada día a mi moto. Y mi cartera adelgaza a mediados de mes de tal modo que casi no merece la pena portarla los últimos días. Y me despierto por las mañanas con el temor de que alguno de mis amigos pierda su trabajo... o yo me quede sin el mío.
Esta es la realidad de nuestra vida, mucho prohibir y nada de libre albedrío. Que nada pueda "equivocarnos", ya se sabe que lo más peligroso es que un individuo tome sus propias decisiones. Nos quitan mucho y no nos dan apenas nada. Tutelarnos en nuestro comportamiento es algo apetecible, ayudarnos en los pesares en los que nos han metido, en cambio, no les resulta tan atractivo. Entonces es cuando papá estado desaparece. Cal y arena. Liberalismo de pacotilla, capitalismo de facinerosos... ¡Qué más da! Hoy mismo he leído la noticia de que los pisos tienen que bajar un 40% más, pero las hipotecas que nos concedieron aceptando valores desorbitados del suelo y tasaciones ficticias se mantienen igual, el IVA que nos cobraron sigue en sus bolsillos, los impuestos municipales no reducen su cuantía. Mientras tanto, miles de familias que han puesto su futuro en los ladrillos que los cobijan tiemblan ante la posibilidad de perder lo único que tienen. Con este panorama ¿a quién le quedan ganas de montar en moto?
Ahora ha llegado la Ley Anti- Tabaco, otro modelo castrista, un modelo de convivencia que a algunos del gobierno les gusta más, que atenta contra las libertades ciudadanas, a pesar de que el cinismo del presidente ZP le haga decir que "no es prohibitiva, sino preventiva". Ellos quieren que dejemos de fumar, incluso en contra de nuestra libertad de decidir, y para ello lo han prohibido en todos los espacios públicos cerrados, aunque al tiempo han aumentado los lugares, igualmente públicos, donde se puede comprar tabaco, como las gasolineras, por ejemplo. Esto sí que es un modelo de coherencia y mejor gestión de la salud pública. Una Ley, por cierto, que los mentirosos argumentan que es una realidad en los países punteros de Europa. Pues bien, los únicos países que mantienen una ley tan restrictiva en cuanto al tabaco son Irlanda, Grecia, Portugal e Italia, todos ellos locomotoras económicas y de desarrollo. Esta falsedad debería por sí sola sentarles en el banquillo del escarnio y la deshonra, pero ya he dicho que este país (uuups! He vuelto a escribirlo) no tiene memoria.
En el primer mes de enero hemos sufrido en nuestros bolsillos una subida arbitraria de los precios de la luz, el gas y la gasolina, amparados de nuevo con la necesidad de equipararnos a los países europeos. Y yo me pregunto ¿cuándo van a empezar a equipararnos en derechos y no sólo en deberes? Porque mis cuentas reflejan un amplio déficit entre lo que recibimos y lo que pagamos a papá estado (y mamá, no se me enfaden los guardianes y las guardianas del lenguaje sexista). Y mis huesos crujen gracias a los baches que atormentan cada día a mi moto. Y mi cartera adelgaza a mediados de mes de tal modo que casi no merece la pena portarla los últimos días. Y me despierto por las mañanas con el temor de que alguno de mis amigos pierda su trabajo... o yo me quede sin el mío.
Esta es la realidad de nuestra vida, mucho prohibir y nada de libre albedrío. Que nada pueda "equivocarnos", ya se sabe que lo más peligroso es que un individuo tome sus propias decisiones. Nos quitan mucho y no nos dan apenas nada. Tutelarnos en nuestro comportamiento es algo apetecible, ayudarnos en los pesares en los que nos han metido, en cambio, no les resulta tan atractivo. Entonces es cuando papá estado desaparece. Cal y arena. Liberalismo de pacotilla, capitalismo de facinerosos... ¡Qué más da! Hoy mismo he leído la noticia de que los pisos tienen que bajar un 40% más, pero las hipotecas que nos concedieron aceptando valores desorbitados del suelo y tasaciones ficticias se mantienen igual, el IVA que nos cobraron sigue en sus bolsillos, los impuestos municipales no reducen su cuantía. Mientras tanto, miles de familias que han puesto su futuro en los ladrillos que los cobijan tiemblan ante la posibilidad de perder lo único que tienen. Con este panorama ¿a quién le quedan ganas de montar en moto?
viernes, 11 de febrero de 2011
SENTIDO COMÚN
De todos los comentarios que he recibido en mi mail por el artículo anterior, uno me ha parecido interesante, así que lo reproduzco a continuación en su forma literal, bajo el título que la autora, Alejo Miguélez, ha tenido a bien poner y, por supuesto, con su permiso.
SENTIDO COMÚN
Común???, común por qué???.
¿Porque es el sentido global y colectivo de toda la especie humana? Jolín, pues para ser tan común, hay que ver lo inusual que es a veces encontrarlo en el propio ser humano.
¿Porque es el mas vulgar, normal y corriente de los sentidos con el que el hombre nace? Nos ha fastidiado….. pues para ser tan corriente hay que ver lo que cuesta encontrar a dos personas cuyo sentido común les sea común.
Vamos, que es tan común, tan común, tan común que hace del conjunto de los seres humanos……. un disjunto.
Bueno, que vamos a esperar de un sentido que ni siquiera tiene nombre propio; ahí tenemos el gusto, tacto, olfato, etc. Todos bien definidos y acotados, y resulta que el mas importante viene a llamarse sentido estándar (venimos con el de serie) o sentido global (el mismo para todos). Así pasa lo que pasa.
Anda que no me ha pasado veces aquello de estar hablando con alguien de lo mas cotidiano y común de la vida y a medida que el otro opina, argumenta y desarrolla su modo de pensar estar yo, ahí, con esa cara de patata, ojiplática hasta casi empezar a bizquear de los millones de interrogantes que se acumulan en mi sentido común, como se estuviera escuchando a un ser de otro planeta. Claro, con semejante muro entre ambos sentidos comunes pues ya se le quitan a uno las ganas de opinar y de poner en común su punto de vista… ¿para que?, dos líneas paralelas no se van a juntar jamás, por muy iguales y comunes que sean entre sí.
Y bueno, no es aquello de que uno no sepa escuchar, es que ya he escuchado bastante. No es eso de procurar comprender la postura del otro, es que por mucho que me esfuerce…. nada, no hay caso. Tampoco es eso otro de que siempre hay que respetar las opiniones de todo el mundo; ya, pero en según que casos… es que cuesta un güevo oye.Y lo peor es que seguramente el otro está pensando exactamente lo mismo de mi: “Pobre, ¿en que nave espacial habrá llegado a la tierra?”.
Se me ocurre que una de las cosas más comunes y endémicas del ser humano es la reproducción. ¡Pero vamos a ver!, ¡si ni siquiera para ser padres somos capaces de aplicar el mismo sentido común! Si lo que yo llamo educar otros lo llaman traumatizar.
Si agarro y castigo al niño sin tele un día (-horror-), agarra otro y me dice que vaya tiranía. Y yo venga a explicar que el chaval se quería beber el Fairy, o que casi me quema la casa con un mechero, o que decidió bañarse en el río vestido en el mes de Enero. Mientras unos opinan que mandan los padres otros opinan que mandan los niños, de tal forma que la palabra NO se convierte en un océano en el que naufraga el sentido común adulto y sobrevive el sentido común infantil….. ¿Es esto aplicar el sentido común?, jo que lío!
Lógicamente, el sentido común se va desarrollando a medida que adquirimos experiencia, que vivimos, vemos y aprendemos hasta alcanzar esta cosa tan nuestra que llamamos madurez emocional, y ya podemos hasta votar y todo. Pero nada chico, tampoco funciona, porque ahí tenemos un montón de memoria histórica, un montón de acontecimientos llevados a cabo por hombres en plena madurez de sentido comúnque nuestro sentido común moderno nos dice que no pueden ni deben volver a repetirse.
Nos chilla ese común de los sentidos que aprendamos de ellos para que no vuelvan a suceder jamás y, ¡zas! siglo XXI y seguimos cometiendo errores pasados.
En fin, Ferdi, que me emociono y sigo aquí poniendo ejemplos vulgares. Todo este rollo no es más que una reflexión de tu artículo “Quemando las naves”, y es que uno piensaen que llega un Ferdi y escribe ese artículo que no es mas que un dictado de su sentido común y uno lo lee y dice: “claro, obvio… es cuestión de sentido común pensar así”, pero luego se pregunta que si es tan común y obvio como parece… ¿Dónde esta ese sentido en los abanderados de la libertad que con sus lecciones sientan cátedra o en los que se empeñan en hacer un mapa de colorines donde si no estas conmigo estas contra mi?
Y es que de todas las especies que habitan el planeta, la humana tiene el sentido común más dispar y menos común.
Besazos.
SENTIDO COMÚN
Común???, común por qué???.
¿Porque es el sentido global y colectivo de toda la especie humana? Jolín, pues para ser tan común, hay que ver lo inusual que es a veces encontrarlo en el propio ser humano.
¿Porque es el mas vulgar, normal y corriente de los sentidos con el que el hombre nace? Nos ha fastidiado….. pues para ser tan corriente hay que ver lo que cuesta encontrar a dos personas cuyo sentido común les sea común.
Vamos, que es tan común, tan común, tan común que hace del conjunto de los seres humanos……. un disjunto.
Bueno, que vamos a esperar de un sentido que ni siquiera tiene nombre propio; ahí tenemos el gusto, tacto, olfato, etc. Todos bien definidos y acotados, y resulta que el mas importante viene a llamarse sentido estándar (venimos con el de serie) o sentido global (el mismo para todos). Así pasa lo que pasa.
Anda que no me ha pasado veces aquello de estar hablando con alguien de lo mas cotidiano y común de la vida y a medida que el otro opina, argumenta y desarrolla su modo de pensar estar yo, ahí, con esa cara de patata, ojiplática hasta casi empezar a bizquear de los millones de interrogantes que se acumulan en mi sentido común, como se estuviera escuchando a un ser de otro planeta. Claro, con semejante muro entre ambos sentidos comunes pues ya se le quitan a uno las ganas de opinar y de poner en común su punto de vista… ¿para que?, dos líneas paralelas no se van a juntar jamás, por muy iguales y comunes que sean entre sí.
Y bueno, no es aquello de que uno no sepa escuchar, es que ya he escuchado bastante. No es eso de procurar comprender la postura del otro, es que por mucho que me esfuerce…. nada, no hay caso. Tampoco es eso otro de que siempre hay que respetar las opiniones de todo el mundo; ya, pero en según que casos… es que cuesta un güevo oye.Y lo peor es que seguramente el otro está pensando exactamente lo mismo de mi: “Pobre, ¿en que nave espacial habrá llegado a la tierra?”.
Se me ocurre que una de las cosas más comunes y endémicas del ser humano es la reproducción. ¡Pero vamos a ver!, ¡si ni siquiera para ser padres somos capaces de aplicar el mismo sentido común! Si lo que yo llamo educar otros lo llaman traumatizar.
Si agarro y castigo al niño sin tele un día (-horror-), agarra otro y me dice que vaya tiranía. Y yo venga a explicar que el chaval se quería beber el Fairy, o que casi me quema la casa con un mechero, o que decidió bañarse en el río vestido en el mes de Enero. Mientras unos opinan que mandan los padres otros opinan que mandan los niños, de tal forma que la palabra NO se convierte en un océano en el que naufraga el sentido común adulto y sobrevive el sentido común infantil….. ¿Es esto aplicar el sentido común?, jo que lío!
Lógicamente, el sentido común se va desarrollando a medida que adquirimos experiencia, que vivimos, vemos y aprendemos hasta alcanzar esta cosa tan nuestra que llamamos madurez emocional, y ya podemos hasta votar y todo. Pero nada chico, tampoco funciona, porque ahí tenemos un montón de memoria histórica, un montón de acontecimientos llevados a cabo por hombres en plena madurez de sentido comúnque nuestro sentido común moderno nos dice que no pueden ni deben volver a repetirse.
Nos chilla ese común de los sentidos que aprendamos de ellos para que no vuelvan a suceder jamás y, ¡zas! siglo XXI y seguimos cometiendo errores pasados.
En fin, Ferdi, que me emociono y sigo aquí poniendo ejemplos vulgares. Todo este rollo no es más que una reflexión de tu artículo “Quemando las naves”, y es que uno piensaen que llega un Ferdi y escribe ese artículo que no es mas que un dictado de su sentido común y uno lo lee y dice: “claro, obvio… es cuestión de sentido común pensar así”, pero luego se pregunta que si es tan común y obvio como parece… ¿Dónde esta ese sentido en los abanderados de la libertad que con sus lecciones sientan cátedra o en los que se empeñan en hacer un mapa de colorines donde si no estas conmigo estas contra mi?
Y es que de todas las especies que habitan el planeta, la humana tiene el sentido común más dispar y menos común.
Besazos.
miércoles, 2 de febrero de 2011
QUEMANDO LAS NAVES (Artículo escrito para el número de febrero 2011 de ChopperOn)
Vivimos tiempos difíciles, momentos que jamás imaginamos y de los que la única consciencia que tenemos se circunscribe a los libros de historia o a las novelas, por poner un ejemplo. Las cosas pintan feas para un país hipotecado por la absurda política infraestructural a la que nos ha conducido la ambición de los mediocres, la avaricia de un sistema ficticio y la inoperancia de quienes tienen que tomar las decisiones “salvatorias”. Se respira en la calle una tensión que a duras penas se puede contener. En cualquier charla de café, en los vagones de metro o en las cenas informales con los amigos el tema está presente cual espada de Damocles amenazando nuestras cabezas. Se intenta evitar, pero tarde o temprano termina saliendo. Quizá porque los españoles somos muy dados a la queja explosiva y poco proclives a desatar nuestra ira de forma violenta, a modo de legitima revuelta, cuando nuestros derechos son pisoteados de continuo. La tensión se palpa en todo, hasta en las opiniones sosegadas, hechas desde la simple, y no siempre acertada, opinión. Este clima de ira y desesperanza enfrenta a tirios y troyanos en una batalla no nueva, sino postergada por el estado del bienestar. Aquí se ve la verdadera naturaleza humana, de que pie cojea cada uno. Es en ocasiones extremas donde el pensamiento individual e íntimo deja de parapetarse tras la mascara del engaño. Nada ha cambiado desde el principio de los tiempos, el hombre siempre será hombre. Aparecen de golpe los bufones de la libertad, titiriteros de la democracia que enarbolan banderas de falsa hermandad tras las que esconden intenciones totalitarias que a menudo llegan a negar la evidencia de la mayoría. Estos parásitos de la podredumbre intelectual, travestidos de unos colores que hace ya mucho tiempo que perdieron su significado y hasta su propio nombre, salen del sombrío agujero en el que una vez olvidaron sus creencias para disparar contra el oponente - y hasta contra el pianista, si se pone a tiro- venablos emponzoñados de ignominia. Calumnia, que algo queda. Es sencillo mentir, lo vemos cada día y desde todos los ámbitos de la sociedad. La ignorancia es mucho más cómoda que la instrucción y es campo abonado para las consignas sectarias y los dogmas de fe. El mero hecho de opinar empieza a ser peligroso, muy peligroso, si no se quiere ser blanco de los bienpensantes defensores de la libertad (sic). Una libertad que ellos propugnan hasta dejar las gargantas irritadas, pero que no asumen más que si las opiniones de los demás coinciden con la suya propia. Si esto es así, estupendo, en caso contrario no queda más remedio que "convencer" a la mayoría del modo que sea y sin reparar en el precio. De esto sabía mucho Ho Chi Min y otros líderes del populismo. Nada como un campo de re- educación para enderezar espíritus díscolos. Lamentable… ¡pero tan real que asusta lo cerca que llegamos a estar del enfrentamiento físico!
Hay que leer, señores, y hacerlo con la mente abierta, objetando lo subjetivo y procurando comprender los puntos de vista del contrario. Si no, el diálogo es imposible como forma de entendimiento. Y los colores están muy bien… para quien quiera tenerlos, pero déjennos en paz a los que no tenemos uno. Y aún más, no queremos tenerlo. Hace tiempo, mucho tiempo, adopté uno. Mi color fue el azul mahón, oscuro, símbolo de los uniformes que lucían obreros y campesinos. Color que denota esfuerzo, sacrificio y la voluntad de no dar ni un paso atrás en la defensa de los ideales. Terminé por abandonarlo porque me faltaba lo mismo que ahora denuncio aquí: comprensión del punto de vista diferente. Decidí entonces que no existía un único color que cobijase mi pensamiento, por lo que opté por no tener ninguno. Así que agradecería que los histriones libertarios no me asignen el opuesto al suyo, ni siquiera con el que se adornan. Yo elijo el que me gusta, cuando quiero, y lo mezclo con otros a mi conveniencia.
Hay que leer, señores, eligiendo bien lo que se lee. Y, por supuesto, seguir fastidiando al señor Pere Navarro a base de no tener ningún accidente con nuestras motos. A la carretera pues.
Hay que leer, señores, y hacerlo con la mente abierta, objetando lo subjetivo y procurando comprender los puntos de vista del contrario. Si no, el diálogo es imposible como forma de entendimiento. Y los colores están muy bien… para quien quiera tenerlos, pero déjennos en paz a los que no tenemos uno. Y aún más, no queremos tenerlo. Hace tiempo, mucho tiempo, adopté uno. Mi color fue el azul mahón, oscuro, símbolo de los uniformes que lucían obreros y campesinos. Color que denota esfuerzo, sacrificio y la voluntad de no dar ni un paso atrás en la defensa de los ideales. Terminé por abandonarlo porque me faltaba lo mismo que ahora denuncio aquí: comprensión del punto de vista diferente. Decidí entonces que no existía un único color que cobijase mi pensamiento, por lo que opté por no tener ninguno. Así que agradecería que los histriones libertarios no me asignen el opuesto al suyo, ni siquiera con el que se adornan. Yo elijo el que me gusta, cuando quiero, y lo mezclo con otros a mi conveniencia.
Hay que leer, señores, eligiendo bien lo que se lee. Y, por supuesto, seguir fastidiando al señor Pere Navarro a base de no tener ningún accidente con nuestras motos. A la carretera pues.
Honor Vincit
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